El tesoro de la eternidad



Había una vez en un pequeño pueblo costero de Argentina, dos hermanos llamados Picho bolita y Picha Juárez. Estaban emocionados porque era verano y estaban de vacaciones cerca del mar.

Pero había algo que los preocupaba: siempre se despertaban de mal humor y no podían disfrutar plenamente el día. Un día, mientras caminaban por la playa, encontraron a un viejo pescador llamado Don Pepe. Don Pepe era conocido por su sabiduría y serenidad.

Los dos hermanos decidieron acercarse a él para pedirle consejo. "Buenos días, Don Pepe", saludó Picho bolita con timidez. "Buenos días, chicos", respondió amablemente el pescador. "Vemos que siempre está tranquilo y feliz.

Queríamos pedirle consejo sobre cómo despertarnos de buen humor cada día", dijo Picha Juárez con curiosidad. Don Pepe sonrió y les dijo: "Chicos, la clave está en vivir aquí y ahora. Muchas veces nos preocupamos tanto por lo que vendrá después que nos olvidamos de disfrutar el presente".

Los dos hermanos se miraron confundidos pero intrigados al mismo tiempo.

¿Cómo podrían aprender a vivir en el presente? Don Pepe les propuso un desafío: durante toda la semana siguiente, debían levantarse temprano cada mañana para ver salir el sol en la playa sin distracciones ni pensamientos negativos. Al principio les costó mucho trabajo dejar de lado sus preocupaciones diarias, pero poco a poco fueron aprendiendo a disfrutar del momento presente.

Sentían la brisa marina acariciar sus rostros, escuchaban el sonido de las olas rompiendo en la orilla y veían cómo el sol se alzaba majestuosamente en el horizonte. Con cada nuevo amanecer, Picho bolita y Picha Juárez se sentían más ligeros y felices.

Aprendieron a valorar las pequeñas cosas de la vida, como los abrazos cálidos de su familia, los juegos divertidos en la playa o simplemente contemplar las estrellas por la noche. Un día, mientras caminaban por el pueblo, se encontraron con su amiga Lola.

Ella siempre estaba preocupada por el futuro y nunca disfrutaba del presente. "Hola chicos", saludó Lola con tristeza. "Hola Lola", respondieron los hermanos casi al unísono. "¿Qué les ha pasado? Los veo tan felices y relajados últimamente".

Picho bolita y Picha Juárez le contaron sobre su experiencia de vivir en el presente. Le explicaron que no importa lo que haya pasado antes ni lo que vaya a pasar después; lo verdaderamente importante es disfrutar cada momento.

Lola quedó impresionada por la sabiduría de sus amigos y decidió seguir su ejemplo. Juntos pasaron días llenos de risas, juegos y momentos inolvidables. Al finalizar las vacaciones, los tres amigos se despidieron con una gran sonrisa en sus rostros.

Habían aprendido una valiosa lección: vivir aquí y ahora era la clave para despertarse de buen humor cada día. Desde aquel verano, Picho bolita, Picha Juárez y Lola siguieron aplicando esta enseñanza en sus vidas diarias.

Aprendieron a disfrutar de cada día sin preocuparse por el futuro, confiando en que las cosas saldrían bien. Y así, los tres amigos vivieron felices y en paz, recordando siempre la importancia de vivir en el presente y disfrutar al máximo cada momento.

FIN.

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