El Tesoro de la Familia



Había una vez un niño llamado Tomás que vivía con su familia en una casa pequeña pero acogedora. Sin embargo, Tomás siempre estaba enojado y descontento. No valoraba el amor y el apoyo incondicional que le brindaba su familia.

Un día, Tomás tuvo un desafortunado incidente en la escuela. Un compañero lo insultó y se burló de él, lo que lo dejó muy triste.

Al llegar a casa, Tomás se encerró en su habitación y se negó a hablar con su familia. "No quiero ver a nadie, déjenme solo", murmuró Tomás con voz temblorosa. Sus padres, preocupados, intentaron hablar con él, pero Tomás no quería escuchar. Pasaron los días y Tomás seguía distante y reservado.

Un fin de semana, su abuelita, una mujer sabia y cariñosa, decidió visitarlos. Al ver a Tomás tan apagado, le propuso hacer algo especial juntos. "¿Qué te parece si armamos un rompecabezas?", sugirió la abuelita con una sonrisa cálida. Tomás aceptó a regañadientes.

Mientras armaban el rompecabezas, la abuelita comenzó a contarle historias de cuando su padre era joven y de las travesuras que hacían juntos. Tomás no pudo evitar sonreír al escuchar las divertidas anécdotas.

Poco a poco, su corazón se fue llenando de gratitud y amor hacia su familia. Comenzó a darse cuenta del tesoro que tenía en casa: el amor incondicional, las risas compartidas, el apoyo mutuo. A partir de ese día, Tomás empezó a valorar cada momento con su familia.

Les expresó lo mucho que los amaba y lo agradecido que estaba por tenerlos.

Desde entonces, cada vez que se sentía triste o enojado, recordaba el hermoso tesoro que era su familia, y esto le daba fuerzas para seguir adelante con una sonrisa en el rostro.

FIN.

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