El Tesoro de la Felicidad


. Su nombre era Mateo y era un niño muy curioso y activo. Le encantaba jugar, explorar y aprender cosas nuevas todos los días.

Un día, mientras jugaba en el parque, se encontró con una abuela que estaba sentada en un banco. La abuela le preguntó: "¿Qué estás haciendo allí, pequeño?"Mateo respondió: "Estoy buscando tesoros escondidos en el parque". La abuela sonrió y dijo: "Eso suena como una gran aventura.

¿Quieres que te ayude a encontrar tesoros?"Mateo asintió emocionado y juntos comenzaron a buscar tesoros por todo el parque. Descubrieron hojas de diferentes colores, piedras brillantes, flores hermosas e incluso algunas monedas perdidas.

De repente, la abuela recordó algo importante que tenía que hacer y se despidió de Mateo. Antes de irse, le dio un consejo valioso: "Siempre busca las cosas buenas en la vida, Mateo. A veces pueden estar escondidas detrás de lo que parece ser malo".

Mateo no entendía muy bien lo que quería decir la abuela con eso pero guardó sus palabras en su corazón. Días después, Mateo tuvo un día difícil en la escuela porque uno de sus amigos había sido bastante grosero con él.

Cuando llegó a casa llorando y triste por lo sucedido, su mamá trató de consolarlo diciendo: "No te preocupes por esa persona cruel.

"Pero Mateo recordó las palabras sabias de la abuela del parque y decidió pensar positivamente sobre la situación: "Tal vez mi amigo tuvo un mal día hoy y por eso se comportó así. Voy a tratar de hablar con él mañana para que podamos solucionar las cosas".

Al día siguiente, Mateo habló con su amigo y juntos encontraron una solución para su problema. Gracias a la sabiduría de la abuela del parque, Mateo aprendió a encontrar las cosas buenas en cualquier situación difícil.

Desde ese día, Mateo siempre recordaba el consejo de la abuela y buscaba los tesoros escondidos en cada experiencia de su vida. Y así, creció siendo un niño feliz y positivo que inspiraba a todos los que lo rodeaban.

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