El tesoro de la Gran Muralla China



juntos. Estaban emocionados por sumergirse en la cultura china y aprender sobre su historia milenaria. Un día, mientras exploraban las calles de Beijing, Mariana y Hernan encontraron un antiguo mapa en una tienda de souvenirs.

El mapa mostraba un tesoro escondido en lo profundo de la Gran Muralla China. Sin pensarlo dos veces, decidieron emprender esta nueva aventura en busca del tesoro perdido.

- ¡Mariana, tenemos que encontrar este tesoro! Sería increíble descubrir algo tan valioso - exclamó Hernan emocionado. - Tienes razón, Hernan. Sería una experiencia única. Pero debemos tener cuidado y no meternos en problemas - respondió Mariana con cautela.

Con el mapa en mano, comenzaron su travesía por los senderos de la Gran Muralla China. A medida que avanzaban, se encontraron con diversos obstáculos y desafíos que debían superar para continuar.

En uno de los caminos estrechos de la muralla, se toparon con un grupo de monjes budistas meditando frente a una puerta misteriosa. - Buenos días, señores monjes - saludó Mariana respetuosamente -.

¿Podrían decirnos qué hay detrás de esa puerta? Los monjes sonrieron y uno de ellos respondió: "Detrás de esta puerta se encuentra el camino hacia el tesoro perdido. Pero solo aquellos que sean capaces de resolver nuestro acertijo podrán pasar". Mariana y Hernan intercambiaron miradas llenas de determinación y aceptaron el desafío propuesto por los monjes budistas.

El acertijo era el siguiente: "Cuando el sol se oculta y la luna brilla, ¿qué objeto puede iluminar tu camino sin necesidad de fuego ni electricidad?"Los esposos pensaron durante un rato y finalmente Hernan exclamó: "¡La respuesta es una luciérnaga! Emiten luz propia sin necesitar ninguna fuente externa".

Los monjes sonrieron nuevamente y abrieron la puerta para Mariana y Hernan. Les desearon suerte en su búsqueda del tesoro perdido.

A medida que avanzaban por los oscuros pasadizos de la muralla, Mariana y Hernan encontraron pistas que los guiaban hacia el tesoro. De repente, se toparon con un grupo de pandas gigantes bloqueando su camino. - ¡Oh no! ¿Cómo vamos a pasar ahora? - preguntó Mariana preocupada.

Hernan observó a los pandas con atención y se le ocurrió una idea brillante. Sacó una bolsa de bambú que había comprado previamente como alimento para los pandas. - Creo que podemos convencerlos con comida. Los pandas adoran el bambú - sugirió Hernan.

Mariana asintió emocionada mientras abrían la bolsa de bambú frente a los pandas. Estos, encantados con la deliciosa merienda, les permitieron continuar su camino hacia el tesoro perdido.

Finalmente, luego de superar varios obstáculos más, Mariana y Hernan llegaron a una sala secreta donde encontraron un cofre dorado lleno de joyas preciosas y antiguos artefactos chinos. Habían encontrado el tesoro perdido. - ¡Lo logramos! ¡Encontramos el tesoro! - exclamó Mariana emocionada.

- Sí, pero lo más valioso de todo este viaje ha sido la experiencia y los desafíos que superamos juntos como equipo - dijo Hernan con orgullo. Mariana asintió y agregó: "A veces, el verdadero tesoro no se encuentra en objetos materiales, sino en las experiencias y aventuras que vivimos".

Con el tesoro perdido a salvo, Mariana y Hernan regresaron a Argentina con una maleta llena de recuerdos inolvidables. Su viaje por China había sido un éxito y estaban listos para enfrentar nuevos desafíos juntos.

Y así, Mariana y Hernan demostraron que con determinación, trabajo en equipo y respeto por otras culturas, cualquier sueño puede hacerse realidad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!