El tesoro de la imaginación


Había una vez un niño llamado Juan, que estaba muy emocionado porque se acercaba su cumpleaños. Soñaba con recibir muchos regalos y celebrar junto a sus amigos y familia.

El día de su cumpleaños llegó, y Juan estaba ansioso por abrir sus regalos. Su mamá le dio una caja envuelta en papel brillante y él la abrió rápidamente. Para su sorpresa, dentro de la caja solo había un pequeño sobre.

- ¿Qué es esto? - preguntó Juan confundido. - Es un regalo muy especial - respondió su mamá sonriendo-. Ábrelo y verás. Juan abrió el sobre y encontró una tarjeta que decía: "¡Felicidades! Tu verdadero regalo está escondido en algún lugar de tu casa.

Deberás seguir las pistas para encontrarlo". Juan se emocionó aún más al leer eso. Siguiendo las instrucciones de la tarjeta, comenzó a buscar pistas por toda la casa.

Encontró notas ocultas detrás de los cuadros, dentro del refrigerador e incluso debajo de su almohada. Cada pista lo llevaba a otro lugar y cada vez estaba más cerca del tesoro final.

Después de mucho buscar, llegó al jardín trasero donde encontró una última nota que decía: "Tu regalo está debajo del árbol grande". Emocionado, Juan corrió hacia el árbol grande y allí encontró una caja envuelta en papel dorado.

La abrió rápidamente y descubrió algo maravilloso: ¡era un libro lleno de historias mágicas! - ¡Oh! ¡Es el mejor regalo que podría haber recibido! - exclamó Juan emocionado. Desde ese día, Juan se convirtió en un ávido lector. Cada noche antes de dormir, su mamá le leía una historia del libro y juntos dejaban volar su imaginación.

Juan aprendió que los regalos más valiosos no siempre son los más grandes o costosos. Aprendió a valorar la magia de las palabras y cómo pueden transportarnos a mundos increíbles.

Y así, gracias al regalo especial de su cumpleaños, Juan descubrió que el verdadero tesoro estaba dentro de él: la capacidad de soñar, imaginar y aprender cada día más.

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