El Tesoro de la Isla Perdida
Había una vez un valiente náufrago llamado Martín, que se encontraba perdido en una isla desierta. Una noche, mientras una fuerte lluvia caía sobre la playa, Martín divisó una luz en la distancia.
Sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella, esperando encontrar ayuda. Para su sorpresa, la luz provenía de un barco pirata. -¡Al abordaje! -gritó el capitán, un hombre con parche en el ojo. Martín temblaba de miedo, pero los piratas resultaron no ser tan malos como él pensaba.
Le ofrecieron comida, abrigo y un lugar seguro en su barco. Juntos, emprendieron la búsqueda de un tesoro perdido en la isla.
A medida que exploraban la tierra, Martín se dio cuenta de que los piratas tenían sus propias reglas y códigos de honor. Aprendió que la amistad y la solidaridad eran tan valiosas como cualquier tesoro. Finalmente, encontraron el tesoro, pero Martín decidió quedarse con los piratas, sabiendo que el verdadero tesoro era la amistad y la aventura compartida.
Regresaron al barco, listos para surcar nuevos mares juntos.
FIN.