El tesoro de la lectura
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Martina, quien tenía 10 años y un espíritu inquieto. A Martina no le gustaba leer, prefería pasar el tiempo jugando con su hermanita Lola.
Siempre que su madre le pedía que leyera un libro, Martina lo evitaba, prefiriendo seguir entretenida con juegos y travesuras. Un día, Martina tenía que realizar un importante trabajo escolar, pero al no saber leer bien, fracasó. Martina se sentía triste y desanimada.
Al ver a su hija en ese estado, su madre se acercó cariñosamente y le dijo:
- Martina, en la vida es importante no rendirse. A veces las cosas más difíciles son las que traen las mayores recompensas.
No dejes de estudiar, la lectura es como un tesoro que te abrirá las puertas a un mundo de conocimiento y aventuras. Aunque ahora te parezca difícil, con esfuerzo y práctica, podrás lograrlo.
Estas palabras resonaron en el corazón de Martina, quien decidió enfrentar su miedo a la lectura. Con paciencia y dedicación, Martina comenzó a leer cada día un poco más.
Descubrió historias maravillosas, viajó a lugares lejanos sin salir de su casa, aprendió sobre cosas nuevas y se emocionó con cada palabra. Su hermanita Lola también se unía a la aventura de la lectura, y juntas descubrían mundos mágicos en cada página.
Con el tiempo, Martina se convirtió en una lectora apasionada, obteniendo grandes logros en la escuela y compartiendo su amor por la lectura con otros niños. Descubrió que aquellos momentos de juego con su hermanita no tenían que desaparecer, sino que podían combinarse perfectamente con la magia de los libros.
Y así, Martina entendió que la lectura era un tesoro invaluable, un regalo que le abriría puertas hacia un futuro brillante.
FIN.