El Tesoro de la Lluvia



Era un día gris y lluvioso en el pequeño pueblo de Villa Esperanza. Los niños se agrupaban en sus casas, mirando por la ventana mientras las gotas caían sin parar. Sin embargo, un niño llamado Nico tenía una idea diferente. "¿Y si salimos a jugar?"- le propuso a su mejor amiga, Lila.

"¡Estás loco! Te vas a empapar"- exclamó Lila, riéndose. Aunque la idea parecía una locura, la curiosidad de Lila fue más fuerte y decidió seguir a Nico.

Cuando salieron, el mundo exterior era un espectáculo. Los charcos reflejaban el cielo nublado y el aire olía fresco.

"Mirá esos charcos, ¡son perfectos para saltar!"- dijo Nico con emoción.

"¡Vamos!"- respondió Lila y saltaron juntos, creando pequeñas ondas que se extendían en el agua. Finalmente, decidieron buscar algo más divertido.

"¿Qué tal un tesoro escondido?"- sugirió Nico. "¡Sí! Además, este día lluvioso puede ser misterioso y mágico"- concordó Lila. Con una hoja y un lápiz, decidieron trazar un mapa de su barrio, marcando algunos puntos donde pensaban que podrían encontrar el tesoro.

Mientras exploraban, hicieron un descubrimiento inesperado. En un rincón del parque, vieron una vieja caja cubriéndose de barro.

"¡Mirá!"- exclamó Lila. Ambos se acercaron, limpiando la caja con sus manos. "¿Qué será?"- preguntó Nico, con ojos brillantes de emoción.

"Solo hay una forma de averiguarlo"- dijo Lila mientras abría la tapa. Dentro encontraron una colección de juguetes viejos y libros.

"Esto no parece un tesoro"- dijo Nico decepcionado. "Pero, espera, mira estos libros"- dijo Lila. Eran libros de cuentos y aventuras.

"¡Podemos compartir estos tesoros con el resto de los chicos del barrio!"- sugirió Nico.

"¡Sí! Esto puede ser el comienzo de un club de lectura"- sonrió Lila, sintiendo cómo su decepción desaparecía.

Cuando regresaron a casa, invitaron a sus amigos a unirse. Cada tarde, al abrigo de la lluvia, se reunían con sus libros, compartiendo historias e imaginación.

Poco a poco, otros niños también comenzaron a salir. El día de lluvia se transformó en una celebración de la lectura y la amistad.

"Mirá lo que ha hecho la lluvia"- dijo Lila un día mientras leía en voz alta.

"¡Sí, trajo la aventura a nuestras vidas!"- respondió Nico feliz.

La lluvia que al principio parecía un inconveniente se convirtió en el inicio de algo maravilloso. Aprendieron que incluso los días más grises pueden tener un destello de magia si uno mantiene el espíritu curioso y la apertura a la aventura.

FIN.

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