El Tesoro de la Oscuridad



Había una vez un niño llamado Pablo, quien tenía 6 años y vivía en un pequeño pueblo. A pesar de ser valiente y aventurero durante el día, Pablo le tenía mucho miedo a la oscuridad por las noches.

Cada noche, cuando sus padres apagaban la luz para que pudiera dormir, Pablo se escondía debajo de las sábanas y temblaba de miedo.

No importaba cuántas veces le dijeran que no había nada que temer en la oscuridad, él simplemente no podía superarlo. Un día, mientras jugaba en el parque con su mejor amigo Lucas, Pablo notó algo extraño.

Había un cartel pegado al árbol más grande del parque con letras brillantes que decían: "¡Atención! ¡Se busca valiente para una misión especial!". Intrigado por el mensaje, Pablo corrió hacia el cartel y lo leyó detenidamente.

Resulta que había una vieja leyenda en el pueblo sobre un tesoro perdido dentro de una cueva oscura en lo profundo del bosque. La leyenda decía que solo aquellos lo suficientemente valientes como para enfrentar la oscuridad podrían encontrarlo. Pablo sabía inmediatamente que esta era su oportunidad de superar su miedo a la oscuridad.

Se acercó a Lucas emocionado y le contó todo sobre el cartel. Lucas también quería ayudar a su amigo a superar su miedo, así que decidieron embarcarse juntos en esta aventura.

Esa misma tarde, los dos amigos se adentraron en el oscuro bosque con linternas en mano. Cada paso les hacía sentir más nerviosos, pero se animaban mutuamente con cada paso que daban. Después de un tiempo caminando por el bosque, encontraron la entrada de la cueva.

Pablo estaba a punto de echarse atrás, pero Lucas lo animó diciendo: "Pablo, sé que te da miedo la oscuridad, pero estoy aquí contigo y juntos podemos hacerlo". Con estas palabras de aliento, los dos amigos entraron a la cueva.

La oscuridad era tan densa que apenas podían ver frente a ellos. Pero poco a poco, sus ojos se fueron acostumbrando y comenzaron a notar pequeñas luces brillantes en las paredes de la cueva.

Emocionados por este descubrimiento, siguieron las luces hasta llegar a una sala llena de estrellas brillantes pegadas al techo. ¡Era como estar bajo un cielo estrellado! En medio de aquella sala había un cofre dorado.

Pablo y Lucas abrieron el cofre y dentro encontraron una nota que decía: "Felicitaciones por superar tu miedo a la oscuridad. Este tesoro es para ti como premio por tu valentía". A partir de ese día, Pablo ya no le tenía miedo a la oscuridad.

Había aprendido que muchas veces detrás del miedo se ocultan cosas maravillosas esperando ser descubiertas. Desde entonces, todas las noches antes de dormir, Pablo recordaba su aventura en la cueva y miraba hacia el techo oscuro imaginándose un hermoso cielo estrellado lleno de posibilidades infinitas.

Y así fue como Pablo dejó atrás su temor a la oscuridad y se convirtió en un niño valiente que nunca dejaba de explorar el mundo a su alrededor.

FIN.

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