El tesoro de la paciencia
En un pequeño pueblo rodeado de montañas vivía Tomás, un niño travieso y rebelde que siempre trataba mal a sus padres. No les hacía caso, los ignoraba y a veces hasta les contestaba de mala manera.
Sus padres, Juan y Marta, intentaban en vano enseñarle modales y respeto, pero parecía que Tomás no quería escuchar. Un día, mientras exploraba el bosque cercano, Tomás se encontró con un anciano sabio llamado Don Mateo.
El anciano le habló sobre el tesoro de la paciencia y cómo podía cambiar la vida de las personas. Tomás, incrédulo, decidió seguir las indicaciones de Don Mateo y emprendió un viaje hacia lo desconocido.
En su travesía, enfrentó peligros, se encontró con criaturas mágicas y aprendió lecciones valiosas. Finalmente, tras un largo camino, llegó a una cueva misteriosa donde, para su sorpresa, encontró el tesoro de la paciencia. Al regresar al pueblo, Tomás puso en práctica lo que había aprendido.
Comenzó a escuchar a sus padres, a ayudar en casa y a tratarlos con respeto. Poco a poco, las cosas empezaron a cambiar. Juan y Marta notaron la transformación de su hijo y, con lágrimas en los ojos, le dijeron lo orgullosos que estaban de él.
Desde ese día, Tomás se convirtió en un niño amoroso, paciente y comprensivo. Sus padres, felices y agradecidos, le recordaban a menudo la importancia de la paciencia, un tesoro que había cambiado sus vidas para siempre.
FIN.