El Tesoro de la Playa



Era un día soleado en la playa de Marisol, donde los niños jugaban y las gaviotas volaban alto en el cielo. Entre risas y juegos, una niña llamada Lucía decidió investigar un rincón de la costa que nunca había explorado. Mientras cavaba en la arena, sus dedos se toparon con algo extraño.

"- ¿Qué será esto?", se preguntó Lucía, sacando un trozo de plástico de entre los granos dorados. Era un objeto de varios colores, con formas divertidas, pero un poco sucio y desgastado por el sol.

"- ¡Mirá, mamá!", gritó, mostrando su hallazgo.

Su mamá se acercó y sonrió:

"- ¡Wow, Lucía! Es un trozo de plástico, pero debe ser basura. No podemos dejarlo aquí, tenemos que cuidarlo y aprender de esto."

Intrigada, Lucía miró a su alrededor. Había más basura entre las olas y la arena. Botellas, bolsas, y hasta un viejo zapato. Entonces tuvo una idea.

"- ¡Vamos a hacer algo! ¿Y si recolectamos toda esta basura y la llevamos a casa? Podríamos crear algo nuevo con ella."

Su mamá asintió. "- ¡Eso suena genial! Podemos hacer una obra de arte o algo útil. La creatividad no tiene límites."

Juntas, comenzaron a recoger todo tipo de objetos desechados. Mientras recolectaban, Lucía pensó:

"- ¿Por qué la gente deja estas cosas en la playa?"

"- A veces, no se dan cuenta de que pueden dañar el océano y a los animales que viven en él", explicó su mamá.

"- ¡Eso no está bien! ¡Hay que educar a los demás!"

La niña decidió que, una vez en casa, harían una presentación en la escuela sobre cómo cuidar el planeta. Juntas trabajaron en su proyecto. Usaron el plástico recolectado para crear coloridos peces y animales marinos.

"- Mirá, mamá, ¡nuestros peces nadarán en la imaginación de todos!", exclamó Lucía llena de emoción.

El día de la presentación, Lucía se puso un delantal lleno de colores y se subió al escenario.

"- ¡Hola a todos! Soy Lucía y hoy quiero contarles sobre la importancia de cuidar nuestras playas y océanos. ¿Sabían que el plástico que dejamos puede lastimar a los animales marinos?"

Los compañeros de clase estaban atentos mientras Lucía les mostraba sus creaciones.

"- Este pez está hecho de una botella de plástico. Y este delfín, de una bolsa de supermercado. ¡Los reciclé! Algunas cosas pueden tener una segunda oportunidad, pero tenemos que ser responsables y no dejar basura", continuó.

Los aplausos llenaron el aula y sus compañeros comenzaron a hacer preguntas:

"- ¿Cómo podemos ayudar?" preguntó uno.

"- Podemos empezar por llevar nuestras cosas y no dejar basura en la playa. También podemos organizar limpiezas los fines de semana!" dijo Lucía, emocionada.

Después de la presentación, sus amigos decidieron que organizarían una limpieza en la playa de Marisol.

"- ¡Vamos a hacer un gran cartel!", propuso una amiga.

"- Y también podemos invitar a nuestras familias para que se sumen", sugirió otro.

Cada uno se comprometió a llevar guantes, bolsas y muchas ganas de ayudar. El día de la limpieza, la playa estaba llena de niños y adultos trabajando juntos. Lucía, feliz, miraba cómo poco a poco el paisaje cambiaba.

"- ¡Miren, cómo brilla la arena!", exclamó mientras levantaba otro trozo de plástico.

"Cada pedazo que recogemos es un paso hacia un océano más limpio", afirmó su mamá, quien estaba a su lado.

Al final del día, después de haber recogido un montón de basura, todos se sentaron a descansar. Estaban cansados pero felices.

"- Mañana defenderemos nuestra playa como verdaderos héroes del planeta", decía Lucía mientras creaba planes sobre cómo seguir ayudando.

"- Te convertiste en una gran defensora del océano, Lucía. ¡Estoy muy orgullosa de ti!", le dijo su mamá abrazándola.

"- Y todo comenzó con un simple trozo de plástico", respondió Lucía, riendo.

"- Sí, y con la decisión de hacer algo al respecto. Todos podemos ser parte del cambio", agregó su mamá, sonriendo.

Y así, cada vez que Lucía regresaba a la playa, se sentía como una heroína, porque sabía que ella y sus amigos estaban haciendo una gran diferencia, protegiendo su hogar y el hogar de muchos otros entre las olas y la arena. Y todo empezó con un simple trozo de plástico.

FIN.

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