El Tesoro de la Responsabilidad



Había una vez un niño llamado Mingo, que era conocido en todo el pueblo por ser muy travieso. Siempre se metía en problemas y hacía travesuras que volvían locos a los adultos.

Un día, Mingo decidió ir al parque a jugar con sus amigos. Pero en lugar de quedarse en el área designada para juegos, se aventuró más allá del límite permitido. Allí encontró un viejo árbol hueco que parecía esconder algo misterioso.

Intrigado, Mingo decidió investigar y metió la mano dentro del agujero del árbol. Para su sorpresa, sacó una pequeña caja de madera tallada con un mensaje escrito: "Este tesoro solo será tuyo si aprendes a ser responsable".

Mingo estaba emocionado y ansioso por descubrir qué había dentro de la caja. Sin embargo, también sabía que tenía que aprender a ser responsable si quería merecer ese tesoro. Decidió cambiar su actitud y comenzar a ayudar en casa sin que nadie le pidiera.

Comenzó lavando los platos después de comer y ordenando su habitación todos los días. También empezó a hacer sus tareas escolares sin protestar. Sus padres notaron el cambio positivo en Mingo y estaban orgullosos de él.

Al ver esto, decidieron darle más responsabilidades como cuidar de su mascota o regar las plantas del jardín. Mientras tanto, Mingo continuaba buscando más formas de demostrar su responsabilidad.

Un día encontró un perrito abandonado cerca del parque y decidió llevarlo a casa para cuidarlo. Cuando sus padres vieron al nuevo miembro de la familia, estuvieron un poco preocupados. Le explicaron a Mingo que tener una mascota es una gran responsabilidad y que él tendría que cuidarla todos los días.

Mingo prometió hacerlo y se comprometió a alimentar al perro, sacarlo a pasear y darle mucho amor. Demostró ser responsable con su nueva mascota y aprendió el verdadero significado de la palabra —"compromiso" .

Pasaron los meses y Mingo continuó siendo responsable en todas las áreas de su vida. Sus padres notaron su dedicación y decidieron premiarlo por sus esfuerzos. Un día, cuando menos lo esperaba, Mingo recibió una carta en su buzón.

Era del dueño del parque donde encontró la caja misteriosa. El dueño le informaba que había ganado el tesoro por haber demostrado ser responsable. Rápidamente corrió hacia el árbol hueco donde encontró la caja por primera vez.

Con mucha emoción abrió la caja y dentro encontró un hermoso libro lleno de historias e ilustraciones maravillosas. Desde ese día, Mingo aprendió que ser responsable no solo trae recompensas tangibles, sino también un sentimiento de satisfacción personal.

Se convirtió en un niño ejemplar para todos en el pueblo y siempre recordaba esa valiosa lección: "Ser responsable es lo más importante". Y así, Mingo dejó atrás sus travesuras traviesas para convertirse en un niño confiable y respetuoso con los demás.

FIN.

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