El tesoro de la selva



Había una vez en la selva, un caballo llamado Chispitas, un hipopótamo llamado Gordito y una morsa llamada Patita. Eran los mejores amigos y siempre estaban juntos jugando y explorando.

Un día, mientras caminaban por el bosque, encontraron un mapa misterioso que parecía llevar a un tesoro escondido. Emocionados, decidieron seguir el mapa y descubrir qué había al final del camino. Siguiendo las indicaciones del mapa, llegaron a un río profundo y ancho.

Caballo era muy bueno nadando, pero Hipopótamo no se sentía tan cómodo en el agua. Morsa tenía una idea brillante: construirían un bote con hojas grandes para que todos pudieran cruzar sin problemas.

"¡Genial! ¡Vamos a construir nuestro propio bote!"- exclamó Caballo emocionado. Con su trabajo en equipo, lograron construir el bote improvisado y cruzaron el río sin ningún problema. Siguiendo las indicaciones del mapa, llegaron a una montaña empinada. Era difícil escalarla, pero juntos encontraron la fuerza para hacerlo.

Finalmente llegaron a la cima de la montaña donde encontraron una cueva oscura. Aunque tenían miedo de entrar, sabían que debían enfrentar sus temores para encontrar el tesoro prometido.

Con valentía entraron en la cueva y se sorprendieron al ver todo tipo de tesoros brillantes: monedas de oro, joyas preciosas e incluso libros antiguos llenos de conocimiento. "¡Increíble! ¡Encontramos el tesoro!"- exclamó Hipopótamo emocionado. "Sí, pero este tesoro no es solo para nosotros.

Debemos compartirlo con todos los animales de la selva"- dijo Morsa sabiamente. Decidieron llevar el tesoro de regreso a la selva y compartirlo con todos sus amigos. Organizaron una gran fiesta donde cada animal recibía un pequeño obsequio del tesoro encontrado.

La alegría y gratitud se reflejaban en los ojos de cada uno de ellos. A partir de ese día, Caballo, Hipopótamo y Morsa se convirtieron en héroes en la selva.

Todos los animales aprendieron la importancia del trabajo en equipo, superar obstáculos y compartir con los demás. Así fue como Caballo, Hipopótamo y Morsa vivieron aventuras emocionantes juntos, demostrando que cuando se trabaja en equipo, cualquier desafío puede ser superado.

Y así, su amistad se hizo aún más fuerte mientras continuaban explorando la maravillosa selva llena de sorpresas.

FIN.

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