El Tesoro de la Sirena Marina
En una pequeña aldea costera vivía un joven pescador llamado Mateo. Todas las noches, cuando la marea estaba en su punto más alto, Mateo salía en su bote para pescar.
Le encantaba escuchar el suave murmullo de las olas y sentir la fresca brisa marina en su rostro. Pero una noche, mientras remaba en busca de peces, una misteriosa sirena emergió de las profundidades del mar. "Hola, valiente pescador", cantó la sirena con su dulce voz.-
Mateo se sorprendió al ver a la sirena y le preguntó por qué había salido del mar. La sirena explicó que había perdido su tesoro más preciado, una perla mágica que le otorgaba a quien la poseyera la felicidad eterna.
La marea, los peces, la noche, se unieron en un susurro para contarle a Mateo la tristeza de la sirena. Compadecido por su historia, Mateo se ofreció a ayudarla a encontrar la perla mágica.
Juntos, emprendieron un viaje por el océano, enfrentando tempestades y desafíos. Durante su travesía, los peces les mostraron el camino y la marea les brindó su apoyo. Finalmente, después de muchas aventuras, encontraron la perla en lo más profundo de una cueva submarina.
La sirena, llena de alegría, agradeció a Mateo y le ofreció un deseo como recompensa. "Deseo que todos los seres del mar vivan en paz y armonía", expresó Mateo con sinceridad.
Con el deseo concedido, la sirena regresó al mar con su tesoro recuperado, prometiendo siempre velar por la seguridad de los peces y la marea. Desde entonces, la aldea costera floreció con abundancia y todos los pescadores cantaban alabanzas a Mateo, el valiente pescador que trajo la armonía al océano.
Y todas las noches, cuando la marea estaba en su punto más alto, la sirena asomaba su brillante cola para recordarle a Mateo que su bondad había traído felicidad a todos.
Y así, la marea, los peces, la noche, el pescador y la sirena vivieron en armonía para siempre.
FIN.