El tesoro de la sonrisa de Estela



Estela caminaba hacia la escuela en una fría mañana, sus ropas empapadas de la niebla matutina. A pesar de ello, una leve sonrisa se dibujaba en su rostro.

Absorta en sus pensamientos, murmuraba para sí misma, dejándose envolver por el frío del amanecer. En su camino, se encontró con varios desafíos: un puente roto que debía cruzar, un río que parecía imposible de vadear y un laberinto de árboles.

Pero Estela no se rindió, mantuvo su sonrisa y encontró la forma de superar cada obstáculo con creatividad y determinación. Finalmente, llegó a la escuela, donde compartió su experiencia con sus compañeros, inspirándolos a afrontar sus propios desafíos con alegría y resolución.

FIN.

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