El tesoro de la tía


Felipe era un niño muy activo y siempre estaba haciendo algo. Le gustaba jugar fútbol, ir en bicicleta y ver dibujos animados. Pero cuando su tía Mercedes venía a visitarlos, él se aburría muchísimo.

Mercedes era una mujer mayor que siempre tenía historias para contar. Hablaba de sus viajes por el mundo, de las cosas que había visto y de los amigos que había conocido. A Felipe no le interesaban esas cosas, él solo quería jugar.

Un día, mientras jugaba con su pelota en el jardín, escuchó la voz de su tía llamándolo desde adentro de la casa. "- Felipe, ¿me ayudás a llevar estas cajas al sótano?"Felipe suspiró y pensó que preferiría seguir jugando.

Pero sabía que si no ayudaba a su tía iba a estar en problemas con su mamá. Así que entró a la casa y empezó a cargar las cajas pesadas junto con Mercedes.

Mientras trabajaban juntos, ella le contaba historias sobre cómo había comprado todas esas cosas en diferentes lugares del mundo. Al principio, Felipe solo asentía con la cabeza sin prestar mucha atención.

Pero luego se dio cuenta de que algunas de las historias eran bastante interesantes. Después de terminar el trabajo, Mercedes lo invitó a sentarse en el sofá para tomar un descanso. Y fue entonces cuando ella empezó a contarle una historia aún más emocionante.

Le habló sobre un tesoro perdido que supuestamente estaba enterrado en algún lugar del vecindario donde vivían. Era una leyenda antigua pero nadie nunca había logrado encontrarlo. Aunque Felipe era un poco escéptico al principio, la historia lo intrigó.

Decidió que quería saber más sobre el tesoro y le preguntó a su tía si ella tenía alguna idea de dónde podría estar. Mercedes sonrió y le dijo que había algunas pistas en una vieja libreta que había pertenecido a su bisabuelo.

Pero nadie nunca había sido capaz de descifrarlas. Felipe se emocionó muchísimo con la idea de encontrar el tesoro perdido y decidió que iba a investigar por su cuenta.

Le pidió prestada la libreta a su tía y empezó a estudiar las pistas detenidamente. Después de varios días de búsqueda, finalmente encontraron el tesoro escondido en un parque cerca de su casa. Era solo una caja llena de monedas antiguas pero para Felipe fue como haber encontrado un verdadero tesoro.

A partir de ese día, comenzó a prestar más atención cuando Mercedes contaba sus historias. Y cada vez descubría algo nuevo e interesante sobre el mundo que lo rodeaba.

Felipe aprendió una valiosa lección: siempre hay algo emocionante por descubrir si se está dispuesto a escuchar y tener curiosidad por el mundo que nos rodea.

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