El tesoro de las estrellas



Había una vez un pequeño niño llamado Mateo que siempre soñaba con los ovnis. Desde que era muy chiquito, pasaba horas mirando al cielo y esperando ver uno de esos misteriosos objetos voladores.

Un día, mientras paseaba por el campo con su perro Tito, algo brillante captó su atención. Era un pequeño ovni estrellado en medio del pasto. Mateo se acercó cautelosamente y vio a un extraterrestre asustado dentro. "Hola, soy Mateo.

¿Estás bien?" - preguntó el niño preocupado. El extraterrestre, llamado Zoggy, le explicó que había tenido problemas técnicos y había perdido a su familia en el espacio. Pero gracias a la ayuda de Mateo, logró aterrizar en la Tierra.

Mateo decidió ayudar a Zoggy a reparar su ovni para que pudiera regresar con los suyos. Juntos buscaron herramientas y materiales para arreglarlo. Durante ese tiempo, Mateo aprendió mucho sobre tecnología espacial y cómo funcionaban los ovnis.

Un día, mientras buscaban una pieza especial para reparar el motor del ovni, se encontraron con una anciana llamada Doña Clara. Ella les contó una historia maravillosa sobre un tesoro escondido en las profundidades del bosque.

"Si me ayudan a encontrarlo -dijo Doña Clara-, les daré la pieza que necesitan". Mateo y Zoggy aceptaron emocionados y comenzaron la búsqueda del tesoro junto con Doña Clara. A lo largo del camino encontraron pistas ocultas entre los árboles y resolvieron acertijos divertidos.

Finalmente, llegaron a una cueva oscura donde encontraron el tesoro. Era un antiguo libro lleno de conocimientos sobre las estrellas y los planetas. Mateo sabía que ese libro sería muy útil para Zoggy.

"Aquí tienes tu pieza, pequeño amigo -dijo Doña Clara con una sonrisa-. Espero que encuentres a tu familia y sigas explorando el universo". Mateo y Zoggy se despidieron de Doña Clara con gratitud y regresaron al campo para reparar el ovni.

Con la ayuda del libro, arreglaron el motor en poco tiempo. Antes de partir, Mateo le preguntó a Zoggy si podría acompañarlo en su viaje espacial. Pero Zoggy le explicó que los humanos no podían sobrevivir en el espacio sin trajes especiales.

"Pero siempre podrás mirar al cielo y soñar con los ovnis", dijo Zoggy mientras abrazaba a Mateo. Y así fue como Mateo ayudó a su amigo extraterrestre a volver con su familia.

Desde aquel día, cada vez que veía un ovni en el cielo, recordaba la emocionante aventura que vivió junto a Zoggy y sentía alegría por haber encontrado un verdadero tesoro: la amistad incondicional.

FIN.

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