El tesoro de las historias compartidas
Lolo estaba emocionado de visitar la librería con su madrina Ceci, quien era una famosa autora de libros infantiles. Ceci, conocida como otintachina, siempre tenía historias increíbles que contar y Lolo adoraba escucharlas una y otra vez.
Mientras caminaban entre las estanterías repletas de libros coloridos, Lolo no podía contener su curiosidad y le preguntó a Ceci:"¿Qué libro escribiste primero, madrina?"Ceci sonrió y respondió: "Mi primer libro se llamaba "El misterio del bosque encantado".
Fue todo un desafío pero me encantó cada momento que pasé escribiéndolo. "Lolo estaba fascinado.
De repente, vio un libro en la parte más alta de una estantería y le dijo a Ceci:"¡Madrina! ¡Ese es tu nuevo libro! ¿Podemos verlo?"Ceci asintió con entusiasmo y juntos buscaron a alguien que les ayudara a alcanzar el libro. Una vez lo tuvieron en sus manos, Lolo leyó en voz alta el título: "La aventura en la isla perdida".
"¡Qué emocionante suena este libro, madrina! ¿De qué trata?", preguntó Lolo ansioso por saber más.
Ceci le explicó que era una historia sobre dos amigos, Martín y Sofía, que se embarcaban en una aventura para encontrar un tesoro escondido en una isla misteriosa. A lo largo del camino enfrentaban desafíos emocionantes y aprendían el valor de la amistad y la perseverancia.
Lolo estaba tan absorbido por la trama que no se dio cuenta de que algo brillaba detrás de otro libro cercano. Curioso como siempre, decidió investigar por sí mismo. Detrás del libro descubrió un viejo mapa doblado con marcas desconocidas. "¡Madrina! ¡Mira lo que encontré!", exclamó Lolo mostrándole el mapa.
Ceci miró detenidamente el mapa y sus ojos se iluminaron. "¡Es un mapa del tesoro real! Parece ser el mismo tesoro del libro", dijo emocionada. Decidieron seguir las pistas del mapa e iniciar su propia aventura.
Recorrieron pasillos secretos de la librería hasta llegar al rincón más alejado donde encontraron una pequeña caja dorada. Con cuidado abrieron la caja y dentro hallaron no solo monedas antiguas sino también un mensaje escrito: "El verdadero tesoro está en compartir historias".
Lolo entendió entonces que la mayor riqueza no siempre está en tesoros materiales sino en las experiencias compartidas con quienes más queremos. Agradecido por esta lección inesperada, abrazó a su madrina Ceci sabiendo que aquel día había vivido una gran aventura junto a ella.
Y así, entre risas y complicidad, Lolo y Ceci regresaron a casa con corazones llenos de gratitud e imaginación para seguir creando nuevas historias juntos.
FIN.