El tesoro de las palabras



Don José era un hombre mayor, amante de la lectura y las historias. Vivía solo en una pequeña casa en el barrio de San Telmo, rodeado de libros y recuerdos.

Cada mañana, comenzaba su día con una taza de café bien cargado y un periódico bajo el brazo. Un día, mientras disfrutaba de su rutina matutina, escuchó un ruido extraño proveniente del sótano. Se levantó rápidamente y se dirigió hacia allí para investigar.

Al abrir la puerta del sótano, se encontró con una sorpresa inesperada: ¡un gato negro! El gato negro parecía perdido y asustado. Don José lo miró compasivamente y decidió cuidarlo.

Lo llamó —"Negrito"  y le dio un plato de leche para que se sintiera cómodo en su nuevo hogar. Los días pasaron, y Negrito se convirtió en el compañero inseparable de Don José. Juntos compartían momentos agradables leyendo cuentos e historias fascinantes.

El gato siempre estaba cerca cuando Don José tomaba su taza de café caliente. Una tarde lluviosa, mientras estaban sentados junto a la ventana leyendo un libro sobre aventuras marinas, Don José notó algo extraño en el periódico que tenía entre sus manos.

Había un mensaje oculto detrás del titular principal. Intrigado por este descubrimiento, Don José comenzó a seguir las pistas que aparecían en distintas páginas del periódico. Con cada nueva pista encontrada, la emoción crecía dentro de él.

"Negrito" , le dijo emocionado a su fiel compañero, "¡creo que este periódico nos está llevando a una aventura!"Juntos, Don José y Negrito siguieron las pistas hasta llegar a un antiguo faro abandonado en la costa.

Allí encontraron un tesoro escondido: una caja llena de libros antiguos y valiosos. Don José estaba maravillado por el hallazgo y decidió donar los libros a la biblioteca del barrio para que todos pudieran disfrutar de ellos.

La noticia se extendió rápidamente, y pronto la biblioteca se llenó de personas curiosas por descubrir los tesoros literarios. La historia de Don José y Negrito llegó a oídos de un escritor famoso que quedó fascinado por su espíritu aventurero y amor por los libros.

Decidió escribir un libro sobre ellos, inspirando así a muchos niños y adultos a explorar el mundo de la lectura. Don José se convirtió en una figura querida en el barrio.

Todos lo conocían como el hombre del gato negro que había encontrado un tesoro literario. A partir de ese momento, cada tarde se reunían en la plaza para leer juntos cuentos emocionantes.

Y así, gracias al café matutino, el periódico misterioso y la valentía de Don José y Negrito, San Telmo se convirtió en un lugar donde las palabras cobraban vida y las historias abrían puertas hacia mundos desconocidos.

FIN.

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