El Tesoro de los Gatos Sin Hogar
Había una vez un grupo de gatos que vivían en una casa abandonada. La casa estaba vieja y descuidada, pero los gatos habían encontrado refugio allí. Había gatos grandes, pequeños, blancos, negros y de todos los colores.
Los gatos se llevaban muy bien entre ellos y formaron una gran familia. Juntos, exploraban la casa abandonada en busca de comida y aventuras. Aunque no tenían mucho para comer, siempre se las arreglaban para encontrar algo delicioso.
Un día, mientras exploraban el ático de la casa, encontraron un mapa antiguo escondido detrás de unas cajas viejas. El mapa mostraba un tesoro escondido en el jardín trasero de la casa abandonada.
- ¡Miren lo que encontré! - exclamó Simón, uno de los gatos más valientes del grupo-. ¡Es un mapa del tesoro! Todos los gatos se acercaron emocionados a ver el mapa.
- Parece que hay algo enterrado en el jardín trasero - dijo Luna, una hermosa gata blanca con ojos azules. Decidieron seguir el mapa y buscar el tesoro escondido. Excavaron en el jardín durante horas hasta que finalmente encontraron algo brillante enterrado bajo tierra: era un cofre lleno de joyas y monedas antiguas.
- ¡Lo logramos! - gritó Simón emocionado-. ¡Encontramos el tesoro! Los gatos estaban felices y celebrando cuando escucharon ruidos provenientes del otro lado del jardín. Era una familia humana que había comprado la casa abandonada para renovarla.
- ¡Tenemos que escondernos! - susurró Luna. Los gatos se dispersaron rápidamente y se escondieron en diferentes lugares de la casa. La familia humana comenzó a trabajar en la renovación, pero no tenían idea de que los gatos vivían allí.
Los días pasaban y los gatos observaban desde sus escondites cómo la familia trabajaba arduamente para hacer de la casa un hogar nuevamente. Los niños jugaban en el jardín y los padres pintaban las paredes.
Los gatos comenzaron a sentirse solos y tristes por no poder interactuar con ellos. Un día, mientras exploraba el desván, Simón encontró una caja llena de fotos antiguas. Eran fotos de una familia feliz que vivió en esa casa muchos años atrás.
- Miren esto - dijo Simón emocionado-. ¡Estas fotos nos muestran cómo era esta casa cuando estaba llena de amor y alegría! Los demás gatos se acercaron a ver las fotos y sintieron nostalgia por aquellos tiempos pasados.
Decidieron hacer algo para mostrarle a la nueva familia humana que ellos también podían ser parte del hogar renovado.
Entonces, cada noche, mientras todos dormían, los gatos salían sigilosamente de sus escondites y dejaban pequeños regalos junto a las herramientas de construcción: hilos brillantes, plumas suaves y juguetes divertidos. La familia comenzó a encontrar estos regalos misteriosos cada mañana y se preguntaba quién podría estar dejándolos allí. Los niños estaban emocionados con estos obsequios inesperados.
Una noche, uno de los gatos más pequeños, llamado Chispita, decidió revelar su secreto a la familia. Saltó sobre la cama del niño más pequeño y comenzó a ronronear. - ¡Mamá, papá! - gritó el niño al despertarse-.
¡Hay un gato en mi habitación! Los padres corrieron hacia la habitación y se sorprendieron al ver a Chispita allí. - Parece que este gatito quiere ser parte de nuestra familia - dijo el padre.
La familia decidió adoptar a Chispita como su mascota y le dieron un nombre nuevo: Estrella. Pronto, los demás gatos también fueron adoptados por diferentes familias en el vecindario. Los Gatos Que Vivian en in case abandonada finalmente encontraron hogares amorosos donde eran cuidados y queridos.
Aunque extrañaban su antigua casa abandonada, sabían que ahora tenían una nueva vida llena de aventuras junto a sus nuevas familias. Y así, todos vivieron felices para siempre.
FIN.