El tesoro de los libros mágicos
Judit y Lia eran dos amigas muy curiosas y aventureras. Un día, decidieron ir de excursión al bosque cercano a su casa. Llevaron consigo unas mochilas con comida, agua y una linterna por si se hacía de noche.
Al llegar al bosque, las niñas comenzaron a explorar. Encontraron hermosos árboles altos y coloridas flores silvestres. Caminaron un poco más adentrándose en el bosque cuando de repente escucharon un ruido extraño.
- ¿Escuchaste eso, Judit? - preguntó Lia asustada. - Sí, creo que viene de allí - respondió Judit señalando hacia unos arbustos. Las niñas se acercaron lentamente para ver qué había detrás de los arbustos.
Para su sorpresa, encontraron una pequeña ada atrapada en una telaraña gigante. - ¡Ayuda! ¡Por favor ayúdenme! - suplicó la ada asustada. Sin pensarlo dos veces, Judit y Lia tomaron unas ramitas cercanas y comenzaron a desenredar delicadamente a la ada de la telaraña hasta que finalmente lograron liberarla.
La ada les dio las gracias efusivamente mientras limpiaba sus alas arrugadas por el susto. Se presentó como Adaleta y les dijo que vivía en ese bosque mágico desde hace muchos años. - Chicas, me han salvado la vida.
Estoy en deuda con ustedes - dijo Adaleta sonriendo-. Como muestra de mi gratitud, quiero llevarlas a conocer lugares maravillosos aquí en el bosque mágico. Judit y Lia emocionadas aceptaron la invitación de Adaleta.
Juntas, caminaron por senderos secretos y descubrieron cascadas escondidas, cuevas llenas de tesoros y hasta un lago con patitos nadando. Pero la aventura no se detuvo allí.
Mientras exploraban una cueva oscura, las niñas encontraron un mapa antiguo que les indicaba el camino hacia un tesoro perdido. - ¡Vamos a buscarlo! - exclamó Judit emocionada. Las tres amigas siguieron el mapa y llegaron a una montaña alta. Escalaron con cuidado hasta llegar a la cima donde encontraron una caja dorada brillante.
- ¡Lo encontramos! - gritó Lia felizmente. Al abrir la caja, descubrieron que dentro había libros mágicos que podían cumplir cualquier deseo que tuvieran. - Estos libros son para ustedes como recompensa por su valentía y amabilidad - dijo Adaleta sonriendo-.
Pero recuerden usarlos sabiamente y siempre pensar en el bienestar de los demás. Judit y Lia prometieron hacerlo así.
Agradecieron a Adaleta por todas las aventuras vividas juntas y regresaron a casa con sus mochilas llenas de experiencias maravillosas. Desde aquel día, las niñas compartieron los libros mágicos entre ellas y aprendieron importantes lecciones sobre amistad, valentía y generosidad.
Siempre recordarán aquella excursión como una experiencia inolvidable en compañía de su nueva amiga ada, Adaleta, en el bosque mágico.
FIN.