El tesoro de los pollitos dorados


Juan, un amable campesino, se encontró con una sorpresa inesperada en las altas colinas. Mientras pastoreaba su rebaño junto a su fiel perro Max, descubrió a una gallina y a diez adorables pollitos de un amarillo resplandeciente.

Juan quedó maravillado por la belleza de las pequeñas criaturas y decidió acercarse para observarlas mejor. Entonces, la gallina se le acercó con un aire de preocupación. "¡Hola, buenos días! ¿Quiénes son ustedes?", preguntó Juan con curiosidad.

"Somos una familia de gallina y pollitos que hemos llegado a estas colinas en busca de un nuevo hogar", respondió la gallina con amabilidad. "¡Qué maravilla!", exclamó Juan. "Parecen pollitos dorados, brillan como el sol. ¿Cómo es que tienen este color tan especial?".

La gallina explicó que habían nacido de un antiguo nido que yacía cerca de un manantial especial, cuyas aguas tenían propiedades mágicas que conferían ese brillo dorado a sus plumas.

Juan quedó asombrado por la historia y decidió ayudar a la familia a adaptarse a su nuevo hogar. Juntos, construyeron un pequeño gallinero y Juan les enseñó a buscar alimento.

Día tras día, Juan, Max y la familia de la gallina compartieron gratos momentos en las colinas, disfrutando de la naturaleza y aprendiendo unos de otros. Los pollitos, por su parte, mostraban una gran curiosidad por el mundo que los rodeaba y Juan se dedicó a enseñarles sobre las plantas y los animales de la zona.

Un día, mientras pastoreaban, Max y los pollitos descubrieron algo brillante entre las rocas. Era un antiguo collar con una gema resplandeciente. Todos quedaron maravillados por el hallazgo y se dieron cuenta de que la magia de las colinas estaba presente en cada rincón.

A partir de ese día, el collar se convirtió en el símbolo de la amistad entre Juan, Max, la gallina y sus pollitos dorados.

La familia de la gallina había encontrado un hogar y Juan había descubierto un tesoro aún más valioso: la alegría de ayudar a otros y la magia que reside en la naturaleza. Así, juntos, continuaron sus días en las altas colinas, sabiendo que la verdadera riqueza se encuentra en el amor y la amistad.

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