El tesoro de Lucas



Lucas era un nene muy trabajador. A sus 12 años, sabía que tenía una gran responsabilidad: ayudar a su mamá con los gastos del hogar.

Desde muy temprano por la mañana, Lucas se levantaba y se ponía manos a la obra. Un día, mientras iba camino al mercado para comprar algunos alimentos frescos, Lucas vio algo brillante en el suelo. Era una moneda de oro.

Él miró a su alrededor para ver si alguien la había perdido, pero no había nadie cerca. - ¡Qué suerte! -dijo Lucas emocionado-. Con esta moneda podré comprar más cosas para mamá.

Pero cuando llegó al mercado, se encontró con una situación inesperada: todos los precios habían subido y ya no podía comprar todo lo que necesitaba con esa sola moneda. - No puedo creerlo -dijo Lucas desanimado-.

¿Qué voy a hacer ahora? Entonces recordó algo que siempre le decía su abuelo:- Cuando las cosas parezcan difíciles, nunca te rindas. Siempre hay una solución. Lucas decidió buscar otras formas de ganar dinero extra para poder ayudar a su mamá aún más. Empezó a ofrecer sus servicios como jardinero y limpiador en el vecindario.

Pronto tuvo varios clientes satisfechos y pudo ahorrar lo suficiente para comprar todo lo que necesitaban en el mercado. Al regresar a casa ese día, Lucas estaba agotado pero feliz de haber encontrado una solución creativa al problema de la subida de precios.

Le contó todo a su mamá y ella estaba orgullosa de él por ser tan trabajador e ingenioso. Desde entonces, Lucas se convirtió en un modelo a seguir para los demás niños del vecindario.

Aprendieron que no hay problemas demasiado grandes si uno está dispuesto a trabajar duro y ser creativo. Y así, Lucas continuó ayudando a su mamá mientras seguía buscando nuevas oportunidades para crecer y aprender.

Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba decidido a hacer lo necesario para alcanzar sus metas y darle una vida mejor a su familia.

FIN.

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