El Tesoro de Mami Wata



En un pequeño poblado a la orilla del Río Nilo, los niños del lugar solían salir a jugar. Entre ellos estaba Kofi, un niño aventurero que siempre soñaba con explorar el misterioso mundo bajo el agua. Un día, mientras jugaba con su amiga Asha, notaron que algo brillaba en la superficie del río.

"¿Viste eso, Asha?" - preguntó Kofi, señalando el destello.

"Sí, ¡vamos a ver qué es!" - respondió ella, emocionada.

Ambos se acercaron a la orilla y, al mirar más de cerca, vieron una hermosa concha dorada. Asha, intrigada, decidió tocarla. Al instante, una suave brisa sopló y apareció Mami Wata, la diosa del agua, rodeada de un resplandor deslumbrante.

"Hola, pequeños aventureros. He estado esperando que lleguen. Esta concha es un símbolo de la amistad y el respeto por el agua. Deben cuidarla y aprender su poder." - dijo Mami Wata con una sonrisa.

Kofi y Asha no podían creerlo. Habían encontrado a la diosa del agua.

"¿Qué debemos hacer?" - preguntó Kofi, con los ojos llenos de asombro.

"Primero, deben entender la importancia del agua para la vida. El río Nilo no solo es un hogar para muchas criaturas, sino que también les da alimento y sustento a ustedes, los humanos." - explicó Mami Wata.

A medida que hablaba, los niños comenzaron a notar las criaturas del río que nadaban felices, desde los peces brillantes hasta los patos que se quiebran el agua al volar. Mami Wata continuó:

"Pero hay algo más. El equilibrio del agua puede verse amenazado. Deben enseñarle a los demás a no contaminarlo y a valorar cada gota. ¿Quieren ayudarme?" - preguntó la diosa.

"¡Sí!" - exclamaron al unísono.

Mami Wata les dio instrucciones claras: organizar un evento en su escuela donde todos pudieran aprender sobre el agua y lo que significa protegerla. Así, Kofi y Asha se pusieron manos a la obra. Juntaron a sus amigos y comenzaron a planificar.

Sin embargo, había un problema. Un grupo de niños llegó al río con bolsas de basura, listos para divertirse sin pensar en las consecuencias. Kofi vio esto y se preocupó.

"Asha, creo que debemos hacer algo. No podemos dejar que contaminen el río." - le dijo Kofi.

"Sí, pero necesitamos una buena estrategia para que nos escuchen." - respondió Asha.

Entonces, recordaron la idea de Mami Wata. Decidieron organizar un concurso y, al mismo tiempo, darles una lección sobre el cuidado del agua. Prepararon carteles que decían: "¡El tesoro del agua es para todos!" y los colgaron cerca del río.

Los niños que llegaron a jugar se detuvieron al ver los carteles. Curiosos, se acercaron a Kofi y Asha.

"¿Qué es esto?" - preguntó uno de ellos.

"¡Estamos organizando un concurso de limpieza! Si ayudan a recoger basura, ganarán premios especiales, ¡y haremos una fiesta al final!" - explicó Kofi.

Los otros niños, intrigados y animados por la idea, comenzaron a recoger la basura. Mientras todos trabajaban juntos, Asha les contaba sobre Mami Wata y la importancia del agua. Poco a poco, entendieron.

"¡Esto es más divertido que sólo jugar!" - dijo uno de los chicos mientras recogía.

Finalmente, el río quedó limpio y todos disfrutaron de una hermosa fiesta bajo el sol. Mami Wata apareció nuevamente para ver el esfuerzo de los niños.

"Han hecho un gran trabajo. Recuerden siempre que el agua es un regalo que debemos proteger. Ahora, cada vez que miren al Nilo, recuerden que tienen un tesoro en sus manos", - dijo Mami Wata, mientras la concha dorada reparaba su resplandor.

Desde ese día, Kofi y Asha se convirtieron en los guardianes del río, enseñando a todos en su comunidad a cuidar el agua, inspirados por la sabiduría de Mami Wata. Y así, el pequeño pueblo floreció, con un legado de respeto por lo que más amaban: el río Nilo.

FIN.

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