El tesoro de Miramar
Era un hermoso día de verano y toda la familia estaba lista para disfrutar de sus vacaciones en Miramar. Habían alquilado una gran carpa en la playa y estaban emocionados por pasar tiempo juntos.
-¡Vamos a montar en la montaña rusa! -gritó el tío Juan, entusiasmado. Todos corrieron hacia el parque de diversiones, donde se subieron a la montaña rusa más alta que habían visto. Los niños gritaban y reían mientras subían y bajaban a toda velocidad.
Después de la diversión, todos tomaron unos deliciosos helados para refrescarse. Mientras tanto, los adultos comenzaron a discutir sobre qué actividades podrían hacer durante su estadía en Miramar. -¿Qué tal si aprendemos algo nuevo? -propuso mamá Ana-.
¿Qué tal si vamos a barrenar? Los niños no sabían lo que era eso, pero estaban dispuestos a aprender algo nuevo. Así que todos se pusieron manos a la obra y comenzaron su aventura.
Aprendieron cómo usar las herramientas adecuadas y cómo cavar agujeros profundos en la arena. Fue difícil al principio, pero poco a poco fueron mejorando gracias al trabajo en equipo.
De repente, uno de los primos encontró un tesoro escondido debajo de la arena: ¡una botella con un mensaje dentro! El mensaje decía que había más tesoros escondidos por todo Miramar y dejaba pistas para encontrarlos. Todos se emocionaron mucho ante esta noticia e inmediatamente comenzaron su búsqueda del tesoro perdido.
Recorrieron cada rincón de Miramar buscando pistas ocultas detrás de las rocas y en las dunas de arena. Finalmente, después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, encontraron el tesoro perdido. Estaban tan contentos y agradecidos por haber aprendido algo nuevo juntos.
Se prometieron que volverían a Miramar para seguir explorando cada rincón del lugar.
Y así terminó la historia de las vacaciones en Miramar, donde una simple actividad como barrenar les enseñó a trabajar en equipo, descubrir tesoros ocultos y disfrutar de la compañía de amigos y familiares.
FIN.