El Tesoro de Oriana



Había una vez una niña llamada Oriana, a quien le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas. Desde muy pequeña, soñaba con viajar por todo el mundo y conocer lugares hermosos.

Un día, decidió que era hora de hacer su sueño realidad. Así que empacó su mochila con lo necesario para la aventura y se despidió de sus padres. Oriana comenzó su viaje en Argentina, donde visitó las cataratas del Iguazú.

Quedó maravillada al ver tanta agua caer desde tan alto. Allí conoció a un grupo de monos juguetones que la acompañaron durante toda su visita. Luego, Oriana decidió ir a Brasil para disfrutar de las playas paradisíacas de Río de Janeiro.

Pero en el camino se encontró con un problema: había perdido su mapa y no sabía cómo llegar allí. "¿Qué voy a hacer ahora? No sé cómo llegar a Río", se lamentaba Oriana.

De repente, escuchó una voz detrás de ella:"Hola amiga ¿necesitas ayuda?"Era Pedro, un chico brasileño muy simpático que le ofreció llevarla hasta Río en su auto. Así fue como Oriana llegó finalmente a las playas más hermosas que había visto nunca.

Allí aprendió a surfear gracias a Pedro y también hizo amigos nuevos. Pero la aventura no terminaba allí. Decidió seguir explorando Sudamérica así que tomó un avión hacia Perú para conocer Machu Picchu.

Mientras caminaba por las ruinas incas, escuchó unos ruidos extraños provenientes de una cueva. Intrigada, se acercó a investigar y encontró un tesoro escondido. "¡No puedo creerlo! ¡He encontrado un tesoro!", gritaba emocionada Oriana.

Regresando a su casa en Argentina, Oriana se dio cuenta de que había aprendido muchas cosas durante su viaje: que siempre hay personas dispuestas a ayudarnos, que la naturaleza nos ofrece lugares hermosos para descubrir y que las aventuras pueden llevarnos a encontrar tesoros inesperados.

Desde ese día, Oriana decidió seguir explorando el mundo cada vez que tuviera oportunidad. Y así vivió feliz para siempre.

FIN.

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