El tesoro de Pepito y Anita


Había una vez un hermoso arbolito en medio de un frondoso bosque. En la punta de ese arbolito vivía un pequeño pajarito llamado Pepito. Pepito era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras Pepito exploraba el bosque, se encontró con una ardilla llamada Anita. Anita era muy amigable y le dijo a Pepito que había escuchado sobre un tesoro escondido en el corazón del bosque.

Pepito se emocionó mucho al escuchar esto y decidió que debían encontrar el tesoro juntos. Así que comenzaron su búsqueda, saltando de rama en rama y preguntando a todos los animales del bosque si sabían algo sobre el tesoro.

Después de mucho buscar, llegaron a un claro donde encontraron a Don Conejo, quien les dijo que el tesoro estaba cerca, pero protegido por una gran serpiente venenosa. Pepito y Anita se miraron preocupados, pero decidieron enfrentar cualquier peligro para alcanzar su objetivo.

Continuaron avanzando hasta llegar al lugar donde supuestamente estaba el tesoro. Y ahí lo vieron: brillantes monedas doradas y piedras preciosas resplandecientes bajo los rayos del sol. Sin embargo, antes de poder acercarse al tesoro, apareció la temida serpiente venenosa.

Ella les advirtió que solo podrían tomar una sola cosa del tesoro y luego deberían irse rápidamente. Pepito pensó rápidamente y decidió elegir una pequeña moneda dorada como recuerdo de su valiente aventura.

Pero justo cuando iba a agarrarla, Anita le dijo:"Pepito, ¿no sería mejor dejar el tesoro aquí y compartir la alegría con todos los animales del bosque?"Pepito se quedó pensativo por un momento. Sabía que Anita tenía razón.

El verdadero tesoro no estaba en las riquezas materiales, sino en la amistad y la solidaridad. Así que Pepito y Anita dejaron el tesoro donde estaba y regresaron al bosque.

Le contaron a todos los animales sobre su aventura y cómo habían decidido compartir la alegría en lugar de quedarse con todo para ellos mismos. Los animales del bosque estaban muy emocionados y agradecidos por esta generosa decisión. Desde ese día, Pepito se convirtió en el líder del grupo de amigos del bosque.

Juntos, vivieron muchas más aventuras ayudándose unos a otros y compartiendo momentos felices. Y así, gracias a su valentía y generosidad, Pepito demostró que no necesitaba riquezas materiales para ser feliz.

Lo más importante era tener amigos verdaderos a su lado. Fin

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