El tesoro de Preta
que vivía en un pequeño pueblo llamado Villa Canina. A diferencia de las demás perras del lugar, Preta tenía una personalidad muy peculiar y siempre estaba metida en problemas.
Un día soleado, Preta decidió explorar el bosque que rodeaba el pueblo. Mientras correteaba entre los árboles, vio algo brillante en el suelo. Era una caja misteriosa con un lazo rojo. Sin pensarlo dos veces, Preta se acercó y comenzó a olfatearla.
"¡Guau! ¡Qué cosa tan interesante!", exclamó emocionada. Preta intentó abrir la caja con su hocico, pero no pudo. Entonces decidió llevarla al pueblo para mostrarle a sus amigos caninos lo que había encontrado.
Al llegar al centro del pueblo, todos los perros se reunieron alrededor de Preta y su misteriosa caja. "¿Qué has encontrado, Preta?", preguntó Maxi, un perro inteligente y curioso. "No sé", respondió Preta moviendo la cola frenéticamente.
"¡Es algo muy especial!"Los perros comenzaron a debatir sobre qué podría haber dentro de la caja. Algunos decían que podía ser comida deliciosa, mientras que otros creían que era un juguete divertido. Pero nadie estaba seguro.
Decididos a descubrir el contenido de la caja, los perros idearon un plan: buscarían pistas por todo el pueblo para resolver el misterio. Juntos recorrieron calles y plazas siguiendo huellas y preguntando a otros animales si habían visto algo sospechoso cerca del bosque.
Después de horas de búsqueda, los perros se encontraron con Lucas, un zorro astuto que conocía todos los secretos del bosque. "Hola, amigos", saludó Lucas.
"¿En qué puedo ayudarlos?"Preta y sus amigos le explicaron sobre la caja misteriosa y cómo habían estado buscando pistas para descubrir su contenido. "¡Ah! Esa caja pertenece a Don Pepe, el dueño del circo que está en el pueblo", dijo Lucas. "Creo que la perdió cuando estaban montando el espectáculo".
Los perros se emocionaron al saber que la caja provenía del circo. Sin perder tiempo, corrieron hacia allí para devolverla a su dueño. Al llegar al circo, Preta y sus amigos encontraron a Don Pepe preocupado buscando por todas partes.
"¡Don Pepe! ¡Hemos encontrado su caja!", exclamó Preta felizmente. Don Pepe miró sorprendido a los perros y les agradeció infinitamente por haberla encontrado. Les contó que dentro de la caja había objetos muy valiosos para él: fotos de su familia y recuerdos de viajes pasados.
Preta sintió una gran alegría al ver lo importante que era esa caja para Don Pepe. Comprendió entonces lo valioso que es ayudar a los demás sin esperar nada a cambio.
Desde aquel día, Preta dejó atrás sus travesuras locas y se convirtió en una perra responsable y solidaria. Ayudaba a otros animales en problemas e inspiraba a todos con su generosidad.
Y así, Preta demostró que no importa cuán locos seamos o cuántos problemas tengamos, siempre podemos encontrar la forma de ser una mejor versión de nosotros mismos y hacer el bien en el mundo.
FIN.