El tesoro de Tito



Había una vez un pequeño ratón llamado Tito que vivía en un viejo granero. Tito era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Un día, mientras exploraba el granero, encontró un mapa escondido detrás de unas cajas.

Tito se emocionó al ver el mapa y decidió seguirlo para descubrir qué tesoro se escondía. Siguiendo las indicaciones del mapa, Tito salió del granero y comenzó a caminar por el campo.

Después de un largo tiempo caminando bajo el sol, llegó a un hermoso bosque lleno de árboles altos y frondosos. Mientras Tito avanzaba por el bosque, escuchó risas y voces.

Se acercó sigilosamente hacia donde provenían los sonidos hasta llegar a un claro donde había una fiesta de animales: conejos saltando, ardillas bailando y pájaros cantando. Tito se sintió emocionado al ver la alegría de los animales y decidió acercarse para hacer nuevos amigos.

Se acercó tímidamente a una ardilla llamada Susi y le dijo:"Hola, me llamo Tito ¿Puedo unirme a su fiesta?"Susi miró a Tito con amabilidad y le respondió:"¡Claro que sí! Todos son bienvenidos aquí. "Tito se integró rápidamente con los demás animales y pasaron horas jugando juntos.

Sin embargo, cuando empezaba a anochecer, todos los animales decidieron irse cada uno a sus hogares.

Tito les preguntó si podía quedarse en el bosque con ellos pero la tortuga Sabina le explicó:"Lo siento Tito, pero cada uno de nosotros tiene su propio hogar. Es importante que encuentres el tuyo también. "Tito entendió las palabras de Sabina y decidió emprender el regreso al granero.

En su camino de vuelta, Tito se encontró con un ratoncito llamado Benji que estaba perdido y asustado. "¿Qué te pasa, Benji?" -preguntó Tito preocupado. Benji sollozando respondió: "Me he perdido en este bosque y no sé cómo volver a casa".

Tito recordó lo que la tortuga Sabina le había dicho sobre encontrar su propio hogar y decidió ayudar a Benji. Juntos buscaron el camino de regreso al granero siguiendo los árboles altos como puntos de referencia. Finalmente, después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, Tito logró llevar a Benji hasta su casa.

Los ratones se despidieron con una cálida sonrisa y se prometieron ser amigos para siempre. Cuando Tito llegó al granero, se dio cuenta de que ya no necesitaba seguir buscando aventuras en otros lugares.

El granero era su hogar y allí tenía amigos como la gallina Carmela y el gato Maxi. A partir de ese día, Tito aprendió a valorar lo que tenía cerca de él.

Siguió siendo un ratón curioso pero ahora sabía que la verdadera felicidad estaba en compartir momentos especiales con sus amigos del granero. Y así fue como El ratón Tito descubrió que el verdadero tesoro está en las amistades sinceras y en encontrar nuestro propio lugar en el mundo.

Desde entonces, vivió feliz y lleno de aventuras en el granero, siempre agradecido por las lecciones que aprendió en su viaje.

FIN.

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