El tesoro de Tobías


Había una vez un conejito llamado Tobías que vivía en el bosque mágico. Tobías era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras nuevas. Pero había algo especial en él: solo salía de su madriguera por la noche.

Un día, mientras exploraba el bosque, Tobías se encontró con una mariposa llamada Margarita. Margarita era muy sabia y le dijo a Tobías que dentro del bosque había un tesoro escondido. El conejito se emocionó mucho y decidió buscarlo.

Durante días, Tobías siguió las pistas que Margarita le daba hasta llegar a una cueva oscura y misteriosa. Dentro de la cueva, encontró un mapa antiguo que mostraba el camino hacia el tesoro.

Tobías siguió el mapa cuidadosamente, saltando sobre troncos caídos y esquivando ramas bajas. Finalmente, llegó a un claro donde se encontraban tres puertas diferentes. "Hmm... ¿Cuál puerta debería elegir?"- pensó Tobías rascándose la cabeza.

Justo en ese momento apareció una ardilla llamada Ramón quien le dijo:"Hola amiguito, veo que estás indeciso. Déjame ayudarte: detrás de cada puerta hay un desafío diferente para superar". Tobías agradeció la ayuda de Ramón y decidió abrir la primera puerta.

Detrás de ella encontraron un laberinto gigante lleno de obstáculos. Los dos amigos trabajaron juntos para encontrar la salida del laberinto. Se turnaban para liderar el camino y animarse mutuamente cuando alguno se sentía desanimado. Finalmente, lograron salir y pasaron a la siguiente puerta.

Detrás de la segunda puerta había una montaña alta y empinada que debían escalar. Tobías se asustó un poco al verla, pero Ramón le recordó lo valiente que era. "¡Vamos, Tobías! Sé que puedes hacerlo.

Yo estaré aquí para apoyarte en cada paso del camino". Con sus patitas temblorosas pero determinadas, Tobías comenzó a escalar la montaña con el ánimo de su amigo ardilla. Juntos superaron cada obstáculo hasta llegar a la cima.

Finalmente, llegaron a la última puerta. Esta vez no había un desafío físico, sino uno mental. La puerta estaba cerrada con una cerradura complicada y necesitaban descifrar un acertijo para abrirla.

Tobías recordó que Margarita siempre decía: "La clave está en observar detenidamente". Así que él y Ramón estudiaron todos los detalles de la puerta hasta encontrar las pistas ocultas. "¡Lo tengo!"- exclamó Tobías emocionado mientras giraba la llave en la cerradura.

La puerta se abrió revelando un tesoro brillante y reluciente dentro de una sala llena de luz dorada. Tobías y Ramón saltaron de alegría al verlo. El tesoro resultó ser una colección de libros mágicos llenos de conocimiento y sabiduría.

A partir de ese día, Tobías decidió compartir todo lo que aprendió con los demás animales del bosque durante sus aventuras nocturnas. Desde entonces, Tobías se convirtió en el conejo sabio de la noche.

Los animales del bosque lo admiraban y buscaban su guía cuando tenían problemas o dudas. Y así, gracias a su valentía y determinación, Tobías logró no solo encontrar un tesoro, sino también ayudar a los demás con sus conocimientos y experiencias. Fin.

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