El Tesoro de Tomás
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un niño llamado Tomás. Tomás era conocido por ser muy travieso y siempre metiéndose en problemas.
Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, encontró una billetera tirada en el suelo. Tomás abrió la billetera y vio que tenía mucho dinero adentro. Sus amigos le dijeron: "¡Guau, Tomás! ¡Qué suerte has tenido! Podríamos comprar muchos dulces con todo ese dinero".
Pero Tomás sintió un nudo en el estómago. Sabía que ese dinero no era suyo y que alguien debía estar preocupado por haberlo perdido. "Chicos, no puedo quedarme con esto", les dijo Tomás a sus amigos.
"¿Estás loco? ¡Es un montón de plata!", exclamaron sus amigos sorprendidos. Pero Tomás sabía lo que debía hacer. Decidió llevar la billetera a la comisaría del pueblo para intentar encontrar al dueño.
El oficial de policía revisó la billetera y encontró una identificación con el nombre de Don Manuel, un anciano del pueblo conocido por ser muy amable. El oficial de policía llamó a Don Manuel para informarle que habían encontrado su billetera gracias a la honestidad de Tomás.
Don Manuel se emocionó tanto al escuchar esto que decidió invitar a Tomás y a sus amigos a merendar en su casa como muestra de agradecimiento.
Durante la merienda, Don Manuel les contó historias increíbles sobre su vida y les enseñó valores como la generosidad y la solidaridad. Al finalizar, le regaló a Tomás un libro especial como reconocimiento por su acto honesto.
Desde ese día, Tomás entendió lo importante que era ser honesto y cómo sus acciones podían tener un impacto positivo en los demás. Se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo, demostrando que la honestidad siempre es el mejor camino.
Y así, gracias a la valentía y nobleza de un niño llamado Tomás, Villa Esperanza se llenó de historias inspiradoras sobre el valor de la honestidad.
FIN.