El tesoro de Victoria
Había una vez en un barrio muy alegre de Buenos Aires, una niña llamada Victoria. Victoria era conocida por su alegría y por ser muy inteligente.
Le encantaba ir al colegio "El Pilar" donde aprendía muchas cosas interesantes y tenía un montón de amigas con las que jugaba en el recreo. Una tarde, después de un día lleno de lecciones divertidas y risas con sus amigas, Victoria regresó a casa con una sonrisa radiante en su rostro.
Al abrir la puerta, sintió el delicioso olor a pizza recién horneada que invadía la casa. Su amigo Giovanni, quien vivía al lado, había preparado una gran sorpresa para ella.
"¡Victoria! ¡Bienvenida! Hoy preparé tu pizza favorita", exclamó Giovanni con entusiasmo. Victoria no podía creerlo. La pizza era su comida preferida y siempre disfrutaba compartirla con su amigo Giovanni. "¡Gracias, Giovanni! Eres el mejor amigo del mundo", dijo Victoria emocionada.
Mientras disfrutaban de la deliciosa pizza, Giovanni le contó a Victoria sobre un concurso de matemáticas que se llevaría a cabo en el colegio "El Pilar". El premio era una beca para estudiar en la universidad más prestigiosa de Argentina. "¡Qué emocionante! Me encantan las matemáticas.
Seguro que participaré en el concurso", expresó Victoria emocionada. Los días pasaron rápidamente y llegó finalmente el día del esperado concurso. Victoria estaba nerviosa pero segura de sí misma.
Resolvió cada problema con destreza y rapidez, demostrando todo lo que había aprendido en clase y practicado incansablemente. Al finalizar la jornada, los organizadores anunciaron al ganador: ¡Victoria! Había logrado obtener la puntuación más alta y se hizo merecedora de la ansiada beca universitaria.
Todos aplaudieron emocionados mientras Victoria saltaba de alegría. Se acercó a recibir su premio entre abrazos y felicitaciones de sus amigos y familiares.
Desde ese día, Victoria siguió esforzándose por alcanzar sus sueños gracias al apoyo incondicional de sus seres queridos y a su pasión por aprender cosas nuevas cada día. Y así, entre risas, pizzas compartidas y momentos inolvidables en "El Pilar", Victoria demostró que con esfuerzo, dedicación y amor por lo que hacemos, podemos alcanzar cualquier meta que nos propongamos.
Porque como decía siempre su abuela: "El conocimiento es el tesoro más valioso que uno puede poseer". Y colorín colorado, este cuento ha terminado. Que nunca falte alegría, y sigan brillando tus días. Fin
FIN.