El Tesoro del Abuelito Guillermo y la Casa de la Amistad



Había una vez, en un hermoso bosque, un león llamado Simón. Aunque era el rey de la selva y se consideraba muy inteligente, también tenía fama de ser gruñón y travieso.

Sin embargo, detrás de esa apariencia feroz, se escondía un corazón divertido y amigable. Un día, mientras Simón paseaba por el bosque, se encontró con sus amigos: el mono Marcelo, la jirafa Gabriela y el elefante Ernesto.

Juntos decidieron explorar un misterioso castillo abandonado que estaba en las profundidades del bosque. Al llegar al castillo, notaron que había una puerta cerrada con candado. Pero Simón no iba a permitir que eso detuviera su aventura.

Con su astucia e inteligencia, encontró una manera de abrir la puerta sin problemas. Una vez dentro del castillo, comenzaron a explorar cada rincón. De repente, escucharon una voz proveniente del sótano oscuro. Era el abuelo Guillermo quien vivía allí solo desde hacía muchos años.

- ¡Hola! ¿Quiénes son ustedes? - preguntó el abuelo Guillermo sorprendido. - Hola abuelito Guillermo, somos Simón y sus amigos - respondió Simón animadamente-. Estábamos explorando el castillo y decidimos venir a saludarte.

El abuelito Guillermo tenía fama de ser aún más inteligente que Simón. A pesar de su avanzada edad, siempre estaba lleno de energía y sabiduría para compartir con todos los animales del bosque.

A medida que pasaban los días, el abuelo Guillermo enseñaba a Simón y sus amigos cosas nuevas sobre el bosque y la naturaleza. Les contaba historias fascinantes y les enseñaba habilidades útiles para sobrevivir en la selva. Pero no todo era aprender, también había momentos de diversión.

El abuelito Guillermo tenía un gran sentido del humor y siempre encontraba la manera de hacer reír a todos con sus travesuras. Un día, mientras exploraban el castillo, Simón descubrió un pasaje secreto que llevaba al tesoro escondido del antiguo rey.

Emocionado por su hallazgo, corrió hacia sus amigos para compartirles la noticia. - ¡Amigos! ¡He encontrado un pasaje secreto que nos llevará al tesoro del antiguo rey! - exclamó Simón emocionado.

Juntos se adentraron en el pasaje oscuro hasta llegar a una sala llena de joyas y monedas de oro. Pero antes de poder tomar cualquier cosa, escucharon una voz gruñona proveniente del fondo de la sala. Era el espíritu del antiguo rey quien protegía su tesoro.

Para obtenerlo, debían responder correctamente tres acertijos difíciles. Afortunadamente, contaban con la inteligencia del abuelo Guillermo para ayudarlos. Con astucia y trabajo en equipo lograron resolver los acertijos uno por uno hasta que finalmente obtuvieron el tesoro deseado.

Agradecidos por todo lo aprendido y vivido junto al abuelo Guillermo, decidieron construir una hermosa casa en medio del bosque donde todos pudieran reunirse y disfrutar de su amistad.

Desde aquel día, Simón dejó de ser gruñón y travieso para convertirse en un león divertido y amigable. Y cada vez que se reunían en su casa del bosque, recordaban con cariño las aventuras vividas en el castillo y agradecían por haber conocido al abuelito Guillermo.

Y así, entre risas y enseñanzas, siguieron viviendo felices en su hogar rodeados de amigos y amor. Fin.

FIN.

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