El Tesoro del Agua


a de cumplir con sus pagos puntualmente. Doña Carmen era una mujer amable y dedicada, que se esforzaba por mantener el orden en el pueblo.

Todos los días recorría las calles de Arroyo Azul, saludando a los vecinos y recordándoles la importancia de pagar el agua a tiempo para poder mantener el servicio en buenas condiciones.

Un día, mientras doña Carmen caminaba por la plaza del pueblo, vio a un niño llamado Tomás jugando con sus amigos cerca de la fuente. Tomás era un niño travieso y curioso, siempre en busca de aventuras nuevas. "¡Hola Tomás! ¿Cómo estás hoy?", saludó doña Carmen al niño. "Hola doña Carmen, estoy muy bien.

¿Qué hace por aquí?", respondió Tomás con una sonrisa traviesa. "Estoy recordando a todos los vecinos sobre la importancia de pagar el agua a tiempo. Es fundamental para que todos podamos tener acceso al servicio", explicó doña Carmen con amabilidad.

Tomás asintió con la cabeza, pero parecía distraído. Doña Carmen notó esto y decidió hablarle seriamente:"Tomás, recuerda que si no pagamos por el agua, corremos el riesgo de quedarnos sin este recurso tan importante.

Todos debemos colaborar para mantenerlo disponible para todos en el pueblo. "Tomás reflexionó unos segundos y luego prometió a doña Carmen que le diría a su familia lo importante que era pagar por el agua a tiempo.

Los días pasaron y todo parecía estar en orden en Arroyo Azul. Sin embargo, una mañana llegó una noticia inesperada: el pozo de agua del pueblo se había averiado y necesitaba ser reparado urgentemente.

El costo de la reparación era alto y sin los fondos suficientes provenientes de los pagos mensuales por el suministro de agua, sería imposible arreglarlo. Doña Carmen convocó a una reunión urgente en la plaza del pueblo para informar a todos sobre la situación.

Los habitantes escucharon atentamente y entonces Tomás levantó tímidamente la mano. "¿Sí Tomás? ¿Tienes algo que decir?", preguntó doña Carmen sorprendida. "Sí... yo... creo que tengo parte de culpa en esto", dijo Tomás apenado.

"No le dije a mi familia lo importante que era pagar por el agua. "Todos quedaron en silencio ante las palabras del niño. Doña Carmen se acercó a él y le dio unas palmaditas cariñosas en la espalda:"Tomás, tu valentía al reconocer tu error es admirable.

Pero ahora debemos buscar soluciones juntos para arreglar esta situación. "Los vecinos comenzaron a discutir ideas para recaudar fondos rápidamente y poder reparar el pozo antes de que fuera demasiado tarde.

Se organizaron rifas, ventas solidarias y eventos culturales para recaudar dinero entre todos. Finalmente, gracias al esfuerzo conjunto de toda la comunidad, lograron reunir los fondos necesarios para reparar el pozo de agua.

El servicio fue restablecido pronto y Arroyo Azul volvió a contar con un suministro estable y seguro gracias al compromiso renovado de todos los habitantes por cuidar este recurso vital.

Desde ese día, tanto niños como adultos aprendieron la lección: trabajar juntos y cumplir con nuestras responsabilidades contribuye no solo al bienestar personal sino también al bien común de toda la comunidad.

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