El tesoro del agua
En un hermoso bosque vivían dos ranitas llamadas Lucas y Lola. Ellas eran muy amigas y les encantaba saltar de hoja en hoja y jugar en el arroyo que cruzaba el bosque.
Un día, mientras jugaban, escucharon a lo lejos un ruido extraño. Era una señora que, con una expresión preocupada, miraba el arroyo. Las ranitas se acercaron para ver qué pasaba. - ¿Qué sucede, señora? -preguntó Lucas.
La señora suspiró y les explicó que el agua del arroyo estaba sucia y llena de basura. - Es muy triste ver nuestro arroyo así. Solía ser tan cristalino y hermoso. -dijo la señora con tristeza. Lucas y Lola se preocuparon mucho. Ellas amaban el arroyo y no querían verlo enfermo.
Decidieron ayudar. Juntos, planearon limpiar el arroyo y buscar la forma de cuidar el agua. Recogieron la basura, hablaron con los animales del bosque para que no contaminaran y, con el tiempo, el arroyo volvió a ser transparente y hermoso.
La señora, con lágrimas de felicidad, les agradeció. - ¡Gracias, queridas ranitas! Ustedes han recuperado el tesoro más valioso que tenemos: el agua limpia. Lucas y Lola comprendieron que el agua es un tesoro que debemos cuidar.
Desde ese día, enseñaron a todos los animales del bosque la importancia de no contaminar y de cuidar el agua. El bosque volvió a ser un lugar maravilloso donde todos disfrutaban del agua fresca y pura.
Y así, Lucas y Lola vivieron felices sabiendo que habían hecho del bosque un lugar mejor.
FIN.