El tesoro del ala dorada
Había una vez una niña llamada Sol que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosas montañas. Sol siempre esperaba con ansias las vacaciones, porque era su época favorita del año.
Le encantaba disfrutar del sol, explorar la naturaleza y pasar tiempo con su familia. Un día, mientras caminaba por el bosque cerca de su casa, Sol encontró un mapa misterioso escondido entre las ramas de un árbol.
Sin pensarlo dos veces, decidió seguir las indicaciones del mapa y emprender una aventura. Siguiendo las instrucciones del mapa, Sol llegó a un lago cristalino donde había una balsa esperándola. Subió a la balsa y comenzó a remar hacia el otro lado del lago.
Pero de repente, una fuerte ráfaga de viento sopló y la balsa se volteó dejando a Sol atrapada en medio del agua.
Desesperada por encontrar una solución, Sol recordó que siempre llevaba consigo unas alas mágicas que le habían regalado sus padres cuando era pequeña. Rápidamente sacó las alas de su mochila y se las colocó en la espalda. Con cada batido de alas logró levantar vuelo sobre el agua hasta llegar sana y salva al otro lado del lago.
Al aterrizar en tierra firme, Sol se dio cuenta de que había llegado a un hermoso jardín lleno de flores multicolores. Allí encontró a Margarita, una simpática mariposa que estaba perdida. "Hola Margarita", dijo Sol amablemente.
"¿Necesitas ayuda para encontrar tu camino de regreso a casa?""¡Sí, por favor!", respondió Margarita emocionada. "Me perdí mientras volaba y ahora no sé cómo volver".
Sol se ofreció a ayudar a Margarita y juntas comenzaron a explorar el jardín en busca de pistas para encontrar el camino de regreso. Después de mucho buscar, encontraron un cartel que indicaba la dirección correcta. "¡Mira, Sol! Aquí dice que debemos seguir las mariposas doradas hasta llegar al río", exclamó Margarita emocionada.
Siguiendo el consejo del cartel, Sol y Margarita siguieron las mariposas doradas hasta llegar al río. Allí encontraron una canoa abandonada esperando por ellas. "Creo que esta canoa nos llevará de vuelta a casa", dijo Sol con entusiasmo.
Ambas subieron a la canoa y comenzaron a remar río abajo. Durante el viaje, disfrutaron del paisaje y compartieron risas mientras se alejaban cada vez más del jardín mágico. Finalmente, llegaron al pueblo donde vivía Sol.
Su familia estaba muy preocupada porque había estado desaparecida todo el día. Pero cuando vieron llegar a Sol con Margarita junto a ella, sus caras se iluminaron de felicidad.
La aventura de Sol le enseñó la importancia de ser valiente, amable y siempre estar dispuesta a ayudar a los demás. A partir de ese día, valoró aún más las vacaciones ya que sabía que podían traer sorpresas inesperadas y momentos especiales llenos de aprendizaje y diversión.
Y así fue como Sol continuó disfrutando de las vacaciones, siempre lista para embarcarse en nuevas aventuras y descubrir el mundo que la rodeaba.
FIN.