El tesoro del arcoíris


Había una vez un perro llamado Max, un mono llamado Simón, un oso llamado Bruno, un león llamado Leo, un burro llamado Pepe, un pájaro llamado Pipo, una abeja llamada Anita y una lagartija llamada Lola.

Todos vivían en la selva y eran muy buenos amigos. Un día, mientras paseaban por el bosque, encontraron una caja misteriosa con un mensaje dentro que decía: "El tesoro de la amistad se encuentra al final del arcoíris".

Los animales se emocionaron mucho y decidieron ir en busca del tesoro juntos. Se pusieron en marcha y caminaron durante horas hasta llegar a la montaña más alta de la selva. Allí estaba el arcoíris brillando en todo su esplendor.

Pero había algo extraño: el arcoíris no llegaba al suelo como siempre lo hacía. "- ¿Qué haremos ahora?", preguntó Max preocupado. "- No podemos dejar que esto nos detenga", dijo Simón con determinación.

"¡Debemos encontrar una forma de llegar hasta allá!"Todos los animales comenzaron a pensar en soluciones. Fue entonces cuando Pepe tuvo una idea brillante. "- ¡Podemos construir una torre humana!", exclamó emocionado.

Los demás animales asintieron entusiasmados y comenzaron a trabajar juntos para formar la torre.

Primero subió Lola, luego Pipo se paró sobre ella, seguido por Anita encima de Pipo; después subió Pepe sobre Anita; luego subió Leo sobre Pepe; Bruno subió sobre Leo; Simón escaló hasta llegar a Bruno y, finalmente, Max subió hasta la cima. Con mucho cuidado y equilibrio lograron llegar al arcoíris. Al tocarlo, el arcoíris comenzó a brillar aún más y se abrió revelando un cofre lleno de monedas de oro.

"- ¡Lo logramos!", exclamó Pipo emocionado. Pero en ese momento una voz misteriosa resonó en el aire. Era una hada que había estado observando todo desde lejos. "- Han demostrado ser verdaderos amigos trabajando juntos", dijo el hada.

"Este tesoro es para ustedes como recompensa por su amistad inquebrantable". Los animales estaban felices y agradecidos por haber encontrado el tesoro, pero lo más importante era que habían aprendido la importancia de trabajar en equipo y ayudarse mutuamente.

Desde aquel día, Max, Simón, Bruno, Leo, Pepe, Pipo, Anita y Lola siguieron siendo los mejores amigos. Juntos exploraron la selva y vivieron muchas aventuras increíbles recordando siempre que juntos podían superar cualquier obstáculo.

Y así fue como estos animales valientes demostraron al mundo que cuando hay amistad verdadera no hay nada imposible de alcanzar. El tesoro de la amistad se encontraba dentro de ellos mismos y eso les hacía invencibles.

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