El tesoro del bosque de la Patagonia

Había una vez en el bosque de la Patagonia un oso llamado Benito y un zorro llamado Pancho. Un día, mientras paseaban por la orilla de un arroyo, vieron un pez brillante nadando en el agua cristalina.

- ¡Mira, Pancho! ¡Ese pez se ve delicioso! -exclamó Benito con entusiasmo. - Sí, sí, lo vi primero yo. Es mío -respondió Pancho con astucia.

Comenzaron a discutir y a forcejear por el pez, sin darse cuenta de que un Alcón los observaba desde lo alto de un árbol cercano. El Alcón planeaba robarles el pez para disfrutarlo él mismo. En ese momento, pasaba por allí un pato llamado Martín que conocía las mañas del Alcón.

Se acercó a Benito y Pancho y les dijo:- Chicos, tengan cuidado. Ese Alcón está esperando que se distraigan para arrebatarles el pez. Deberían trabajar juntos para evitarlo. Benito y Pancho se miraron sorprendidos y agradecieron al pato por su advertencia.

Decidieron dejar de pelear y estar atentos al Alcón. Justo cuando estaban ideando un plan para proteger su preciado pescado, el Alcón se abalanzó sobre ellos y les quitó el pez de un solo movimiento.

Benito y Pancho sintieron frustración al ver cómo su esfuerzo había sido en vano. Pero en ese instante apareció volando sigiloso un búho sabio llamado Óscar. Con sus afiladas garras logró arrebatarle el pez al Alcón antes de que pudiera escapar.

- Gracias, Óscar. ¡Eres nuestro héroe! -exclamaron Benito y Pancho emocionados. El búho les sonrió con ternura y les dijo:- La verdadera amistad siempre prevalece sobre la rivalidad. Ahora es momento de compartir este pescado juntos como buenos compañeros.

Benito asintió con alegría mientras repartían equitativamente el pescado entre todos. Sentados bajo la sombra de un viejo árbol, disfrutaron de una deliciosa comida en armonía y camaradería.

Desde ese día, Benito, Pancho, Martín y Óscar se convirtieron en grandes amigos que aprendieron la valiosa lección de que la colaboración y la solidaridad son más importantes que cualquier disputa o codicia.