El Tesoro del Bosque Mágico
Érase una vez en un pequeño pueblo, un niño llamado Mateo que soñaba con ser rico. Mateo vivía en una casita humilde con su abuela, quien siempre le contaba historias sobre un bosque mágico donde se escondían tesoros. Un día, decidido a cambiar su suerte, Mateo se aventuró a buscar ese bosque.
Mientras buscaba, se encontró con un anciano sabio."Hola, joven soñador. ¿Hacia dónde te diriges?" -preguntó el anciano. "Busco el tesoro del bosque mágico para hacer feliz a mi abuela y a todos en el pueblo" -respondió Mateo. El anciano sonrió y le dio un mapa. "Recuerda, el verdadero tesoro se encuentra en el corazón y en las buenas acciones" -le advirtió. Mateo, emocionado, continuó su camino, sin saber que el mapa lo llevaría a más que solo oro y joyas.
Finalmente, llegó a un hermoso claro. Allí, Mateo vio un grupo de animales en problemas: un conejo atrapado en una trampa y un pajarito con su ala lastimada. Sin pensarlo, decidió ayudar."No se preocupen, los salvaré" -les dijo. Con cuidado, liberó al conejo y curó al pajarito. Sorprendentemente, los animales le agradecieron con una melodía mágica que iluminó el lugar, revelando grandes riquezas escondidas bajo las raíces de un árbol.
Mateo se llenó de alegría al ver todo el oro y las gemas, pero en vez de llevárselos, recordó las palabras del anciano. "Esto pertenece a todos. Podemos hacer de nuestro pueblo un lugar mejor" -decidió. Al regresar, usó el oro para construir un parque, una escuela y ayudar a su abuela y a sus vecinos. Todos en el pueblo estaban felices y agradecidos.
Con el tiempo, Mateo se convirtió en un símbolo de generosidad y amistad. Se dio cuenta de que ser rico no solo significa tener dinero, sino también tener un corazón dispuesto a ayudar a los demás. Y así, el niño que un día soñó con tesoros, encontró la verdadera riqueza en el amor y la solidaridad con su comunidad.
FIN.