El Tesoro del Camino


que era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras. India vivía con su abuela, Doña Rosa, quien le contaba historias maravillosas sobre el mundo exterior.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano al pueblo, India encontró un mapa antiguo que indicaba la ubicación de un tesoro escondido en las montañas. Emocionada por la idea de encontrar un tesoro real, decidió emprender la búsqueda junto a su fiel compañero, un perro llamado Chispa.

India y Chispa se adentraron en el bosque siguiendo las indicaciones del mapa. Caminaron durante horas hasta llegar a una cascada mágica rodeada de flores brillantes.

Allí encontraron una pequeña hada llamada Estrella que les dijo: "Para encontrar el tesoro, deben superar tres pruebas". La primera prueba consistía en cruzar un puente colgante sobre un río turbulento.

India temblaba de miedo pero recordó las palabras sabias de su abuela: "No importa lo difícil que parezca algo, si crees en ti misma y tienes valentía, podrás lograrlo". Con coraje y determinación, cruzó el puente sin problemas. En la segunda prueba debían resolver un acertijo complicado.

Estrella les dijo: "Cuatro patas tiene mi gato, dos son sus ojos ¿qué animal es?". India pensó detenidamente y exclamó emocionada: "¡Es una mariposa!" La respuesta era correcta y Estrella sonrió orgullosa. Finalmente llegaron a la tercera prueba: escalar una montaña empinada llena de rocas resbaladizas.

India miró hacia arriba y vio lo alto que era. Sintió miedo, pero recordó las palabras de su abuela: "La perseverancia es la clave del éxito". Así que comenzó a subir, paso a paso, sin rendirse.

Después de superar todas las pruebas, llegaron al lugar donde se suponía que estaba el tesoro. Pero en lugar de encontrar oro y joyas, había una caja vacía con una nota adentro. La nota decía: "El verdadero tesoro está en el viaje mismo".

India se sintió desilusionada al principio, pero luego comprendió el mensaje oculto en aquellas palabras. El verdadero valor no estaba en las riquezas materiales, sino en las experiencias vividas y los aprendizajes obtenidos durante la búsqueda del tesoro.

Regresaron al pueblo con una sonrisa en sus rostros y compartieron su historia con todos. Los habitantes de Quiroga quedaron asombrados por la valentía y determinación de India.

Desde aquel día, India se convirtió en un ejemplo para todos los niños del pueblo. Les enseñaba a nunca rendirse ante los obstáculos y a disfrutar cada momento como si fuera un tesoro único.

Y así fue como India demostró que no importa cuán pequeños o lejanos sean nuestros sueños, siempre podemos alcanzarlos si creemos en nosotros mismos y nos atrevemos a seguir adelante sin importar los desafíos que enfrentemos.

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