El tesoro del castillo perdido



En un día soleado de vacaciones, tres niños llamados Martina, Juan y Sofía decidieron ir a la playa a disfrutar del mar y el sol. Llevaban consigo sus juguetes de arena y muchas ganas de divertirse.

Al llegar a la playa, corrieron hacia la orilla del mar y comenzaron a construir un castillo de arena.

Martina estaba concentrada en hacer las torres más altas, Juan se encargaba de los muros fuertes y Sofía decoraba con almejas marinas y caracoles. - ¡Qué lindo castillo estamos haciendo! -exclamó Sofía emocionada. De repente, una ola gigante se acercaba rápidamente hacia ellos. Los niños no tuvieron tiempo de reaccionar y el agua arrasó con su hermosa construcción.

- ¡Oh no! ¡Nuestro castillo! -gritó Martina desilusionada. Pero en ese momento, vieron algo brillante entre las olas. Era un cofre dorado que la marea había traído hasta la orilla.

Con mucha emoción, lo abrieron y descubrieron que dentro había tesoros: collares de almejas, pulseras brillantes y monedas antiguas. - ¡Es como si fuera un regalo del mar por nuestro castillo perdido! -dijo Juan asombrado.

Decidieron guardar los tesoros en una bolsa para llevárselos a casa como recuerdo de ese día tan especial en la playa. Continuaron jugando en la arena, esta vez más unidos que nunca por la emoción compartida. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte cuando los niños sintieron hambre.

Recordaron que habían traído algunas golosinas para merendar, así que se sentaron juntos en una toalla para disfrutarlas mientras veían el atardecer pintar el cielo de colores cálidos y brillantes. - ¡Qué lindo día pasamos juntos! -exclamó Sofía con una sonrisa radiante. - Sí, fue genial.

Aprendimos que aunque las cosas no salgan como esperamos, siempre hay sorpresas maravillosas esperándonos -agregó Martina sabiamente.

Los tres amigos se abrazaron felices, sabiendo que aquel día en la playa quedaría guardado en sus corazones para siempre como un tesoro invaluable lleno de alegría y enseñanzas inolvidables. Y así terminó su increíble aventura playera bajo el cálido sol del verano.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!