El Tesoro del Colegio



Era un día soleado en el colegio de Iris, una niña rubia llena de energía y curiosidad. Mientras jugaba en el patio, de repente, algo brilló entre la tierra. Iris se agachó y, para su sorpresa, encontró un antiguo mapa del tesoro.

"¡Mirá, chicos! ¡Un mapa del tesoro!" - exclamó Iris, emocionada. Sus amigos, que eran un pirata fantasma llamado Capitán Sombra, un unicornio llamado Arcoíris y un dinosaurio llamado Dino, se acercaron rápidamente a ver qué había encontrado.

"¡Vamos a buscarlo!" - dijo Capitán Sombra, con su voz fantasmal y una sonrisa que iluminó su rostro espectral.

"¿Qué estás esperando?" - agregó Arcoíris mientras revoloteaba alegremente.

"¡Sí! ¡Yo quiero encontrar ese tesoro!" - rugió Dino, moviendo su cola de emoción.

Juntos, decidieron seguir el mapa. El primero de los puntos los llevó a la biblioteca del colegio. Según el mapa, justo detrás de una estantería había una pista para continuar la búsqueda.

"¡Aquí está!" - gritó Iris mientras movía libros grandes y polvorientos. Y allí, entre los libros olvidados, encontraron una llave dorada.

"Esto debe ser para abrir un cofre del tesoro!" - dijo Arcoíris, brillando aún más que de costumbre.

Con la llave en mano, el siguiente destino era el patio de juegos, donde, según el mapa, había un viejo casillero que podrían abrir. Corrieron entusiasmados por el pasillo, riendo y compartiendo ideas sobre qué tesoro podrían encontrar.

Al llegar al casillero, comenzaron a buscar la cerradura.

"¡Eureka!" - gritó Dino, señalando un pequeño candado dorado en el casillero.

Capitán Sombra tomó la llave y, con un suave giro, abrió el casillero, pero en su interior no había un cofre, sino un viejo diario.

"¿Es esto el tesoro?" - se preguntó Iris, decepcionada.

"Esperen, quizás hay algo más aquí. Vamos a leerlo", sugirió Arcoíris.

Poco a poco, comenzaron a descubrir que el diario pertenecía a un maestro que había trabajado en el colegio hace muchos años. Contaba historias sobre la amistad, la aventura y la importancia de aprender siempre.

"Este diario es un tesoro de conocimiento" - reflexionó Iris.

"Sí, ¡y cada página trae una idea genial!" - dijo Dino.

De repente, el diario mencionó un lugar secreto en el colegio donde el verdadero tesoro podría estar escondido. La idea era seguir aprendiendo y buscando siempre lo nuevo, lo valioso y lo divertido.

"¡Hay que seguir buscando!" - instó Capitán Sombra, cada vez más entusiasmado.

Después de leer varias páginas, decidieron que el tesoro no siempre tiene que ser algo material. La verdadera riqueza era la amistad que compartían, así como lo que aprendían juntos durante este grandioso día.

"Tal vez la aventura es el mejor tesoro de todos" - dijo Arcoíris, sonriendo.

Los amigos se sintieron felices, no solo por el hallazgo del diario sino por el tiempo compartido. Esa jornada se convirtió en una de las mejores aventuras que habían tenido. Prometieron seguir explorando el colegio y aprender juntos siempre, porque sabían que el verdadero valor de su amistad era incalculable.

"¡Hagamos un club de tesoros!" - propuso Iris.

"¡Sí! Nos prometemos seguir buscando tesoros de conocimiento siempre." - concluyó Dino.

Así, Iris y sus amigos regresaron al patio, listos para planear su próxima aventura, con el corazón lleno de alegría, imaginando todos los conocimientos y amistades que aún estaban por descubrir.

Y así, el verdadero tesoro encontró un lugar en sus corazones, y en sus futuras aventuras.

FIN.

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