El tesoro del corazón de Emma
Había una vez en Londres una niña llamada Emma, que vivía en un lujoso barrio junto a sus padres.
Todo parecía perfecto en su vida hasta que un día, sus padres tuvieron problemas económicos y se vieron obligados a mudarse a un barrio más humilde y Emma tuvo que cambiar de escuela. Al principio, Emma no estaba contenta con la idea de dejar su antigua escuela y amigos para ir a un lugar desconocido.
Al llegar a su nueva escuela, notó que las cosas eran muy diferentes. Había niños con ropa vieja, zapatos rotos y algunos incluso compartían libros. Emma no podía creer lo que veía y empezó a comportarse de manera grosera con sus compañeros.
Se burlaba de ellos por ser pobres y los trataba mal solo porque pensaba que era mejor que ellos. Un día, durante el recreo, Emma vio a una niña llamada Sofía sentada sola en un rincón del patio.
Sofía llevaba ropa desgastada y parecía triste. En lugar de burlarse de ella como solía hacer, algo dentro de Emma le hizo acercarse a Sofía. "Hola, ¿estás bien?" -preguntó Emma tímidamente.
Sofía levantó la mirada sorprendida por la amabilidad de Emma y asintió con la cabeza. "¿Por qué estás sola?" -preguntó Emma sinceramente interesada. Sofía le contó a Emma que no tenía muchos amigos porque todos la juzgaban por su aspecto humilde.
Emma se sintió identificada con Sofía ya que también había sido juzgada al principio en su nueva escuela. A partir de ese día, Emma decidió cambiar su actitud.
Comenzó a ayudar a Sofía e hizo nuevos amigos en la escuela sin importar su situación económica. Aprendió a valorar a las personas por lo que son por dentro y no por lo que tienen por fuera.
Con el tiempo, Emma se convirtió en una gran amiga para todos en la escuela e incluso organizó actividades para recaudar fondos para aquellos niños necesitados. Se dio cuenta de que todos merecían ser tratados con respeto y bondad sin importar su situación económica.
Y así, gracias a esa experiencia transformadora, Emma aprendió una valiosa lección: Que la verdadera riqueza está en el corazón y en cómo tratamos a los demás. Desde entonces, se convirtió en un ejemplo de generosidad y empatía para todos los niños de la escuela.
FIN.