El tesoro del dragón



En un pequeño pueblo, vivía un niño llamado Tomás, conocido por todos como el melindrero del pueblo. Tenía la costumbre de quejarse por cualquier cosa, lo que a veces asordaba a los demás con sus constantes quejas.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Tomás descubrió una antigua draga abandonada. Con su perspicacia, se dio cuenta de que aquella draga escondía algo misterioso y decidió investigar. -¡Wow! ¡Nunca había visto una draga tan grande! -exclamó Tomás fascinado.

Mientras exploraba la draga, encontró una nota en la que decía: 'Sigue adelante con valentía, y el tesoro del dragón será tuyo'. Emocionado, Tomás decidió emprender la aventura para encontrar al dragón. Después de mucho caminar, finalmente encontró la guarida del temido dragón.

Con audacia, decidió hablar con él en lugar de luchar. -Gran dragón, vengo en paz y con respeto. Busco el tesoro que guardas. El dragón, impresionado por la valentía de Tomás, decidió poner a prueba su determinación.

-Si demuestras que eres digno, el tesoro será tuyo. Te dejo tres desafíos que debes superar. Tomás aceptó el desafío sin dudarlo. Tras superar los tres desafíos con ingenio y valentía, el dragón reconoció su perspicacia y le entregó el tesoro.

Tomás regresó al pueblo siendo aclamado como un valiente aventurero. A partir de ese día, Tomás dejó de ser conocido como el melindrero, convirtiéndose en un ejemplo de valentía y determinación para todos los niños del pueblo.

FIN.

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