El tesoro del faraón


Había una vez, en el antiguo Egipto, un faraón llamado Ramsés que gobernaba con sabiduría y justicia. Un día, mientras paseaba por la orilla del río Nilo, descubrió un barco misterioso varado en la arena.

Al explorar el barco, el faraón encontró un gran tesoro de oro y joyas. - ¡Qué hallazgo tan maravilloso! - exclamó Ramsés maravillado. Sin embargo, en ese momento, su consejero le recordó la importancia de compartir la riqueza con su pueblo.

- Mi querido faraón, el verdadero tesoro está en el corazón de quienes te siguen. Sería un acto de generosidad y bondad compartir este tesoro con ellos. Después de reflexionar, Ramsés decidió que lo correcto era compartir la riqueza con su pueblo.

Construyó escuelas, hospitales y granjas para mejorar la vida de todos. La noticia de su generosidad se extendió por todo el reino y el pueblo lo amó aún más.

Con el tiempo, el antiguo barco y su tesoro se convirtieron en un símbolo de la solidaridad y la prosperidad del reino de Ramsés. Desde entonces, el faraón gobernó con el corazón, recordando siempre que el verdadero tesoro radica en el bienestar de su pueblo.

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