El Tesoro del Jardín de Infantes


Había una vez en un jardín de infantes muy especial, un grupo de niños y niñas de 2 años que estaban ansiosos por vivir una emocionante aventura.

La maestra, la señorita Ana, decidió organizar una búsqueda del tesoro para ellos. Un día soleado, la señorita Ana reunió a todos los pequeños en el patio del jardín.

Les explicó que iban a buscar un tesoro muy especial escondido dentro del aula y que al final de la búsqueda encontrarían una deliciosa galletita como premio. Los niños se emocionaron mucho y comenzaron a imaginar cómo sería esa mágica galletita. Todos querían encontrarla lo más pronto posible.

La señorita Ana les dio las instrucciones: "El tesoro está escondido en algún lugar dentro del salón. Pero primero tendrán que resolver algunos acertijos para poder llegar hasta él". Los pequeños asintieron con entusiasmo y rápidamente se adentraron en el salón donde todo estaba decorado con globos y pancartas coloridas.

En cada rincón había pistas escritas en tarjetitas brillantes. Los chicos corrían emocionados buscando las pistas y resolviendo los acertijos con ayuda de la señorita Ana.

"El primer acertijo dice: "Soy redonda como el sol y me encuentro sobre algo suave donde te sientas". ¿Dónde creen ustedes que puede estar?"- preguntó la maestra mientras todos pensaban intensamente. "¡En el sillón!", exclamó Lucas emocionado. Y así fue, debajo del sillón encontraron la siguiente pista.

El juego continuó por todo el salón, los niños iban de un lugar a otro, riendo y disfrutando cada momento. "La siguiente pista dice: "Me encuentro en un lugar donde puedes ver tus lindos dibujos". ¿Dónde puede estar?"- preguntó la señorita Ana.

"¡En el tablero de dibujo!", gritó Sofía con alegría. Y allí, detrás del tablero, encontraron otra tarjetita brillante que los guiaba hacia la próxima pista. Así continuaron buscando y resolviendo acertijos uno tras otro.

Cada vez estaban más cerca del tesoro y sentían una emoción indescriptible en sus corazones. Finalmente, llegaron al último acertijo.

Todos se reunieron alrededor de la maestra mientras ella les leía la última pista:"El tesoro está escondido en un lugar donde siempre nos juntamos para aprender cosas nuevas". Los niños pensaron durante unos segundos y luego exclamaron al unísono:"¡En nuestra sala de clases!"Corrieron tan rápido como pudieron hacia su aula y allí encontraron una caja llena de galletitas deliciosas.

La felicidad se reflejaba en sus caritas mientras disfrutaban de su merecido premio. La señorita Ana les dijo: "Ustedes son increíbles buscadores de tesoros. Han trabajado juntos y han demostrado ser muy inteligentes".

Los pequeños sonrieron orgullosos y se dieron cuenta de lo mucho que habían aprendido durante esa aventura. Aprendieron sobre trabajo en equipo, resolución de problemas y cómo divertirse mientras aprenden.

Desde ese día, los niños y niñas del jardín de infantes nunca olvidaron la emocionante búsqueda del tesoro y las valiosas lecciones que les dejó. Siempre recordarían que, con esfuerzo y diversión, pueden lograr cualquier cosa que se propongan.

Y así, mientras disfrutaban sus galletitas, saborearon no solo su dulce sabor sino también el orgullo de haberse convertido en auténticos buscadores de tesoros.

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