El Tesoro del Mercado



Había una vez en un colorido mercado de Buenos Aires, un niño llamado Mateo. Mateo vivía en un humilde barrio de la ciudad y le encantaba pasear por el mercado para ver las diferentes frutas, verduras y productos artesanales.

Un día, mientras caminaba entre los puestos, se cruzó con El Señor del Mercado, un hombre mayor con una mirada sabia y amable. - 'Hola, jovencito', dijo El Señor del Mercado con una sonrisa.

'¿Qué te trae por aquí hoy?' Mateo se sorprendió al ser abordado por este simpático hombre y respondió: - 'Me gusta venir al mercado, me hace sentir feliz'.

El Señor del Mercado asintió con satisfacción y le dijo a Mateo: - 'El mercado es un lugar especial, aquí aprendemos muchas cosas, como el valor del trabajo duro, la importancia de la honestidad y el respeto por los demás'. Mateo escuchaba atentamente, fascinado por las palabras del anciano.

El Señor del Mercado continuó: - 'Hoy te voy a enseñar algo muy especial, un tesoro que todos tenemos dentro de nosotros: los valores y principios que nos guían en la vida'.

Intrigado, Mateo siguió al anciano por el mercado, mientras éste le contaba historias de personas que habían demostrado esos valores en momentos difíciles. A medida que caminaban, Mateo iba comprendiendo la importancia de la solidaridad, la perseverancia y la bondad.

Al llegar al final de su recorrido, El Señor del Mercado le susurró al niño: - 'El verdadero tesoro está en vivir cada día con amor, generosidad y empatía hacia los demás'. Mateo sonrió agradecido y prometió recordar esas enseñanzas.

Desde ese día, cada vez que paseaba por el mercado, el niño recordaba las valiosas lecciones del Señor del Mercado, aplicándolas en su vida y compartiéndolas con quienes lo rodeaban.

FIN.

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