El Tesoro del Parque



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una familia muy feliz compuesta por el papá Matías y sus dos hijos, Bastian y Amira.

Bastian era un niño muy travieso a quien le encantaba jugar con todo lo que encontraba a su paso, mientras que Amira era una niña muy mañosa que siempre quería tenerlo todo bajo control. Un día, Papá Matías decidió llevarlos al parque para que pudieran disfrutar del aire libre y jugar juntos.

Al llegar allí, Bastian se emocionó tanto que comenzó a correr por todas partes sin prestar atención a nada más. Amira, por otro lado, se sentó en un banco y comenzó a ordenar sus juguetes.

De repente, Bastian tropezó con una piedra y cayó al suelo lastimándose la rodilla. Papá Matías fue rápidamente hacia él para ayudarlo y curarle la herida. Mientras tanto, Amira había visto todo lo ocurrido desde el banco donde estaba sentada.

"Papá", dijo Amira preocupada "¿por qué no podemos jugar todos juntos sin que Bastián se lastime?" "Tienes razón hija", respondió Papá Matías "debemos encontrar una forma de jugar juntos sin lastimarnos".

Entonces, Papá Matías les propuso hacer un juego en equipo donde debían ayudarse mutuamente para ganar. Los niños aceptaron emocionados la propuesta y comenzaron a planear cómo sería el juego. El juego consistía en buscar tesoros escondidos en distintas partes del parque siguiendo pistas escritas en papelitos.

Pero para poder encontrar los tesoros, debían trabajar juntos y ayudarse mutuamente. Bastian se encargó de buscar los tesoros más difíciles mientras que Amira se encargaba de leer las pistas y guiar al equipo.

Juntos, lograron encontrar todos los tesoros escondidos en el parque. Al final del juego, Papá Matías les felicitó por haber trabajado en equipo y haber encontrado una forma de jugar juntos sin lastimarse.

"¡Lo logramos!", exclamó Bastian emocionado "fue mucho más divertido hacerlo juntos". "Sí", dijo Amira sonriendo "y aprendimos que cuando trabajamos en equipo podemos lograr grandes cosas". Desde ese día, Bastian y Amira aprendieron la importancia de trabajar juntos para alcanzar un objetivo común.

Y así, se convirtieron en un gran equipo inseparable que siempre buscaba nuevas aventuras para compartir juntos.

FIN.

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