El Tesoro del Parque Encantado



Había una vez una niña llamada Sofía que le encantaba jugar en el parque cerca de su casa. Un día, mientras se divertía en los columpios, vio algo brillante entre los arbustos.

Al acercarse, descubrió a un pequeño duende con una capa verde y un sombrero puntiagudo. El duende se veía perdido y confundido. Sofía se acercó con curiosidad y le preguntó: "¿Estás perdido?" El duende suspiró y asintió con tristeza. "Sí, me separé de mi familia mientras jugábamos.

Ahora no sé cómo volver a casa". Conmovida por la situación del duende, Sofía decidió ayudarlo. Juntos recorrieron el parque, buscando pistas y preguntando a los animales y las plantas si habían visto a la familia del duende.

En su aventura, se encontraron con un conejo sabio que les dio un mapa mágico. El mapa los llevó a través de un laberinto de árboles encantados y un río lleno de lirios brillantes.

Finalmente, llegaron a una cueva donde la familia del duende los estaba esperando. El duende y su familia estaban emocionados de reunirse, y agradecidos con Sofía por su valentía y bondad. Como recompensa, el duende le obsequió a Sofía una piedra brillante que concedía deseos.

A partir de ese día, Sofía y el duende se convirtieron en grandes amigos, y cada vez que visitaba el parque, se adentraba en un mundo de magia y aventuras junto a su amigo duende.

FIN.

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