El Tesoro del Pasadizo Secreto
Había una vez un niño llamado Juan, que vivía en una casa muy grande con su papá, su mamá y su perro Toby. Juan era un niño curioso y aventurero, siempre buscando nuevas formas de divertirse.
Un día, mientras jugaba en el jardín con Toby, vio algo brillante entre las flores. Era una llave muy antigua y misteriosa. Juan la tomó y corrió hacia sus padres para mostrarles su hallazgo.
"¡Mamá, papá! ¡Miren lo que encontré en el jardín!", exclamó Juan emocionado. Sus padres se acercaron y observaron la llave con curiosidad.
La mamá sonrió y dijo:"Parece ser una llave muy especial, ¿no creen?"El papá asintió y agregó:"Quizás abra algún tesoro escondido en nuestra casa. "Juan estaba emocionado ante la idea de encontrar un tesoro junto a su familia. Decidieron comenzar la búsqueda por toda la casa, probando la llave en cada puerta cerrada que encontraban.
Después de intentarlo en varias puertas sin éxito, llegaron a un pequeño armario en el sótano. Juan introdujo la llave tembloroso y giró lentamente. Para sorpresa de todos, la puerta se abrió revelando un pasadizo secreto detrás de ella. "¡Increíble!", exclamó Juan maravillado.
Con valentía y emoción decidieron adentrarse en el pasadizo oscuro seguidos por Toby. Caminaron por túneles estrechos iluminados solo por antorchas hasta llegar a una sala llena de cofres brillantes y joyas centelleantes.
"¡Es un verdadero tesoro!", gritó Juan emocionado. Se abrazaron felices celebrando su increíble hallazgo. Sin embargo, al intentar salir del pasadizo descubrieron que la puerta se había cerrado detrás de ellos dejándolos atrapados.
Juan miró a sus padres preocupado pero luego recordó algo: tenía consigo la llave mágica que los había llevado hasta allí. La introdujo en la cerradura de salida y giró con fuerza logrando abrir nuevamente la puerta secreta.
Salieron jubilosos del pasadizo llevando consigo parte del tesoro como recuerdo de aquella aventura inolvidable. Desde ese día, Juan aprendió que a veces las cosas más maravillosas pueden estar escondidas justo debajo de nuestros pies esperando ser descubiertas junto a quienes más queremos: nuestra familia.
FIN.